En 1988 y tras pasar por otros sectores, Carlos Moro (procedente de una familia siempre ligada al mundo del vino) creó Bodega Matarromera en el municipio vallisoletano de Valbuena de Duero. Todo comenzó con una bodega tradicional, con naves semienterradas y los avances tecnológicos de la época. Se completó con una plantación de 100 hectáreas de Tempranillo, gran uva de la tierra, en los mejores pagos de Valbuena de Duero, Olivares de Duero y Pesquera.
Texto: Armando Desantes | Fotos: Grupo Matarromera
La primera cosecha fue la de 1994 y entre sus vinos, adscritos a la DO Ribera del Duero, se encuentran Melior, Matarromera Crianza, Matarromera Reserva, Matarromera Gran Reserva, Matarromera Prestigio y Matarromera Pago de las Solanas. En 1995 nace, también dentro de la DO Ribera del Duero, Emina, bodega de cuidada producción cuyos orígenes remotos se sitúan en las plantaciones llevadas a cabo por los monjes cistercienses del siglo XII en Olivares y Valbuena de Duero.
Entre los vinos de esta bodega, Emina Pasión, Emina 12 Meses, Emina Crianza, Emina Prestigio, Emina Atio y Emina E-400. A la órbita de Emina también pertenece el Centro de Interpretación Vitivinícola Emina de San Bernardo, inaugurado en 2005, que incluye el Departamento de I+D+i más potente de Castilla y León en materia biotecnológica.
En la localidad de Cubillas de Santa Marta, en la Denominación de Origen Cigales, el grupo cuenta también con Valdelosfrailes, convertida en referencia en esta DO, y nuevamente en la DO Ribera del Duero, la Bodega Rento, creada en 2000, de la que procede un vino de autor de escasa producción y enorme calidad.
Después llegó el momento de superar límites geográficos con la construcción, en 2007, de la Bodega Emina Rueda, en la localidad vallisoletana de Medina del Campo, de la que proceden vinos como Emina Verdejo, Emina Rueda, Emina Sauvignon, Heredad de Emina Chardonnay, Heredad de Emina Gewurztraminer, Selección Personal Carlos Moro Emina y sus espumosos Brut, Semi Seco y Rosado.
Y la última bodega en incorporarse al elenco ha sido Cyan, en el “kilómetro cero” de la Denominación de Origen Toro. Sus vinos Cyan 8 Meses, Cyan 12 Meses, Cyan, Cyan Pago de la Calera y Selección Personal Carlos Moro Cyan se han situado en el nivel de la máxima calidad en esta DO emergente.
Las cuatro Denominaciones de vino clásicas del Duero
Hoy Matarromera (bajo cuyo paraguas también se elaboran vinos sin alcohol, brandies, aguardientes y hasta cosméticos) está considerado como uno de los propietarios de viñedo más importantes de toda Castilla y León. Cerca de 500 hectáreas repartidas por las cuatro Denominaciones clásicas que bañan el río Duero (Ribera del Duero, Rueda, Cigales y Toro) son muestra de una apuesta clara, que llegaría a las 900 hectáreas en total, añadiendo olivos, cereales, biodiesel o remolacha, entre otros sectores.
En todas las empresas hay un nexo común, la apuesta por la sostenibilidad. En esta área el esfuerzo del Grupo alcanzó la cifra de 7,2 millones de euros entre 2005 y 2015. Un 30 por 100 de la facturación se dedica a innovación y la reivindicación de la producción ecológica también es clara: la inmensa mayoría de las hectáreas, tanto viñedo como olivar, están adscritas a los métodos de la agricultura ecológica.
El enoturismo forma parte del alma del Grupo: más de 15.000 personas visitan anualmente las diferentes bodegas, con el Centro de Interpretación Vitivinícola Emina a la cabeza. La oferta se completa con el restaurante La Espadaña, en San Bernardo; y el Hotel Rural Emina, en Valbuena. Como dice Carlos Moro, “nuestro crecimiento pasa por la consolidación en el mercado exterior y la diversificación del producto para alcanzar a nuevos consumidores”. Actualmente cuentan con filial en Estados Unidos, con sede fija en Nueva York, y oficina en Shanghai.
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