Ir paseando desde el encantador Puerto de Cales Fonts, encontrarse con mesas que rozan el mar, barcos que pasan por la Bahía de Mahón y una propuesta gastronómica única y renovada, así se presenta Sa Cova. Este restaurante con sabor 100% menorquín ubicado en una antigua cueva de pescadores, es ahora un establecimiento con un encanto único gracias a su cuidada decoración, su exquisito ambiente y, como no, su entorno. Situado bajo el hotel Barceló Hamilton Menorca, en pleno puerto, y con las olas del Mar Mediterráneo de fondo, Sa Cova es un lugar mágico.
Con esta renovación de su carta, Sa Cova da el salto de un clásico restaurante a la carta hacia un concepto más moderno, similar al de un gastrobar. Por eso, su nueva carta se enfoca mucho más en platos sencillos y atractivos que se puedan comer entre amigos o compartir con la pareja. En el nuevo Sa Cova, la premisa es compartir, degustar lo mejor de la cocina mediterránea y disfrutar del maravilloso entorno.
Alta gastronomía con vistas al mar
Con nuevas técnicas y fórmulas de elaboración que sorprenden hasta a los clientes más exigentes, la nueva carta de Sa Cova combina la tradición y los ingredientes de toda la vida con nuevas creaciones que destacan por su excelente sabor y creatividad.
Filete de dorada con escama de patata y perfume de albahaca fresca, calamar braseado con vinagreta de piñones y tomate, fideuá de marisco con alioli de membrillo, arroz negro con alioli de espirulina o los deliciosos mejillones con sobrasada de Menorca son algunas de las nuevas propuestas de Sa Cova, que tienen como foco mantener la esencia del sabor de Menorca.
Gracias a su ubicación idílica en el Mediterráneo, en Menorca los productos del mar son excelentes y frescos. Partiendo de esa base, Sa Cova propone dos alternativas para degustar la langosta, estrella indiscutible del restaurante. La caldereta ocupa un lugar de honor en la carta de Sa Cova gracias a su explosión de sabor en el paladar, y la Langosta Hamilton ofrece un twist a los tradicionales huevos con patatas fritas, combinados con langosta salteada.
Para cerrar con broche de oro las veladas frente al mar, postres como el crumble de manzanas asadas con helado de vainilla y crujiente de caramelo, o el sorbete de margarita en texturas completan el menú con un ‘dulce final’.