Después de 60 años detrás de los fogones y de 32 años al frente primero de El Racó d’en Freixa y después de Freixa Tradició, Josep Maria Freixa y su mujer, Dori (en la imagen), han decidido iniciar una nueva etapa personal ya fuera de la primera línea de la restauración. El último servicio en Freixa Tradició lo darán el domingo 28 de octubre.
En un comunicado público dirigido a todos sus amigos y clientes han señalado que «cerramos nuestro restaurante –Freixa Tradició- para disfrutar de nuestra jubilación, que creemos que ya nos toca después de tantos años y tanto esfuerzo».
Añaden que «ha sido una larga y enriquecedora vida dedicada a nuestra pasión, la cocina y la sala; una vida que, creemos, ha marcado la historia de la gastronomía contemporánea de Barcelona, Catalunya y España. Con una estrella Michelin desde 1988, y con el salto adelante que significó la entrada en la cocina de nuestro hijo, Ramon –que siguió y amplificó nuestro trabajo-, la trayectoria del restaurante ha ido siempre unida al imparable movimiento de la vanguardia gastronómica».
Recordemos que, en 2009, Ramon, buscando nuevos horizontes, se fue a Madrid. Y los encontró. Ahora, con dos estrellas Michelin y un gran éxito internacional, sus padres aseguran que «no podemos evitar sentir un orgullo de familia que comenzó aquí, en El Racó, donde comenzó a volar. Fue entonces, con Ramon con un gran proyecto propio, cuando Dori y yo decidimos volver a la cocina de la tradición, a las bases de la cocina catalana que tanto hemos querido. Y abrimos Freixa Tradició, una visión estricta pero muy afinada del recetario catalán. En aquel nuevo camino también nos acompañó el éxito. Hasta ahora».
Y concluyen que «por fin pensamos que hemos cerrado nuestro círculo profesional, innovando primero, vindicando la tradición después y sabiendo que a nuestro hijo ya no hay quién lo pare. Y cerramos. Ahora, disfrutaremos de la gastronomía desde el otro lado como cuando iniciamos los viajes gastronómicos con nuestros hijos, Maria y Ramon. Deciros, también, que nuestro establecimiento seguirá siendo un restaurante, con el proyecto de otros restauradores que no permitirán que la calle Sant Elies deje de ser destino gastronómico».