Después del éxito de la terraza que abrió sus puertas el pasado agosto en el Palacio de Linares, actual sede de Casa de América, Raimunda inaugura su espacio interior con una decoración firmada por el estudio Madrid in Love que transporta al comensal a un mundo tropical en el que la vegetación y los guiños a la cultura iberoamericana están muy presentes.
El restaurante que tiene un toque brutalista, recupera las antiguas paredes de ladrillo del Palacio en contraposición a los muros de cemento que consiguen darle un punto industrial creando la sensación de entrar en un espacio que mantiene su estructura original donde la intervención del hombre ha sido mínima. El tapizado de los sillones le aporta calidez al espacio y las lámparas circulares del techo que se pierden entre la vegetación evocan un viaje a las américas recordando a las selvas tropicales.
El restaurante se divide en tres ambientes diferenciados, la sala principal, la más amplia, donde el suelo de cemento contrasta con el craquelado en color verde recuperado de del antiguo espacio y las paredes se encuentran decoradas con espejos donde se evoca al personaje de Raimunda a través de su reinterpretación a modo de graffiti. Un muro semiderruido constituye una ventana a un espacio privado decorado con sillas que recuerdan a las Emmanuelle de inspiración colonial y paredes con apliques de cristal que rompen con el aire más industrial que permite comer en un espacio más íntimo.
El tercer espacio se encuentra apartado a modo de club privado, un ambiente mucho más acogedor gracias al tapizado de las paredes con motivos vegetales y el suelo de madera. Una zona perfecta donde tomar un cóctel y disfrutar de un picoteo nocturno.
La oferta gastronómica se caracteriza por fusionar los sabores de los dos continentes creando recetas tan exóticas como los sabrosos tacos de chamorro con cerdo asado desmigado, pico de gallo y cilantro o los dados de pollo al ajillo oriental: con chips de ajo y cacahuete frito.
El chef Sergio Fernández, asesor gastronómico del restaurante, ha sabido incorporar sabores del otro lado del Atlántico a nuestras recetas clásicas creando platos únicos como la ensaladilla rusa con boniato asado y tobiko.
Para aquellos que disfruten más de unos tragos pueden hacerlo también en una barra que se ubica en la sala principal donde se pueden probar cócteles como el Mojito criollo, la Caipirosca de rosas o el Tomys margarita.