El hotel reivindica las meriendas navideñas y propone una agradable velada alrededor de su chimenea reinterpretando el tradicional roscón con un toque inesperado.
Hay dos tipos de personas: los que empiezan a comer roscón el 1 de diciembre y quienes son fieles a la tradición y prefieren esperar al desayuno del día de Reyes. Para todos ellos, Barceló Emperatriz lanza el roscón más exclusivo de la Navidad madrileña, haciendo un guiño a la aristócrata que le da nombre, y que se podrá degustar la primera semana de enero en su elegante Bar Eugenie.
Una receta que el hotel ha desarrollado conjuntamente con la confitería Pomme Sucre en la que las violetas, cuyo sabor obsesionó (en el mejor sentido) a la Emperatriz Eugenia de Montijo, se convierten en el ingrediente estrella de este original Roscón de Reyes. Una edición limitada con crema de violetas en su interior y violetas escarchadas para decorarlo que estará disponible (por encargo*) durante las meriendas de los días 3, 4, 5 y 6 de enero.
Y para acompañarlo, el hotel pone disposición de sus clientes una apetecible carta de meriendas que garantizarán una experiencia en clave royal en su Bar Eugenie, un espacio elegante y acogedor presidido por una icónica chimenea, que hará de las meriendas navideñas una tradición que se repetirá año tras año.