Imprescindible en la vida cultural y social madrileña durante 131 años, el Café Comercial (Glorieta de Bilbao, 7. Madrid) se ha convertido en un punto de encuentro entre generaciones. Además, de la mano del Grupo El Escondite, se está consagrando como referente gastronómico donde disfrutar de la cocina más castiza.
Cruzar la puerta giratoria de «El Comercial» es viajar atrás en el tiempo a esos momentos en los que la especial aura creativa del local atraía a sus ilustres clientes, que pasaban las horas en sus sillones tapizados mientras escribían y contemplaban, a través de sus amplios ventanales, la rabiosa energía que inunda Madrid.
En la actualidad se puede seguir sintiendo ese espíritu, impregnado en las maderas y mármoles restaurados por el interiorista Juan Luis Medina del estudio Madrid in Love, así como en los grandes espejos del comedor o en el diseño de los toldos antiguos que comparten con el quiosco de la entrada, compañero de calle desde sus comienzos. También la programación del Café Comercial mantiene su vínculo histórico con la cultura, y por eso es habitual que se programen conciertos, presentaciones de libros, tertulias…
Todos los rincones que forman el Café Comercial son especiales e irradian personalidad, como también ocurre con la propuesta culinaria que se ha visto especialmente ensalzada tras su reapertura en marzo de 2017. El chef Pepe Roch se ha encargado de crear una carta que apuesta por el regreso a los sabores castizos con especial protagonismo del producto de Madrid. El resultado es una cocina sincera y honesta que seduce tanto a locales como a los que visitan la ciudad.
La primera parada es en la zona de barra, que recibe al visitante con su maravillosa exposición de producto fresco. Este es el lugar perfecto para disfrutar de un vermú de grifo elaborado por la propia casa y acompañarlo de aperitivos de toda la vida como embutidos al corte, gildas, huevos rellenos, la ensaladilla clásica o las espectaculares bravas con ali-oli de madroño. Además, en los fines de semana se puede disfrutar de un delicioso arroz a banda con chipirones y gambones, en el que se aprecia el particular toque ahumado que le da el Josper.
Desde la barra se accede al comedor principal, un amplio espacio donde los grandes espejos, los muebles de madera y el color terrazo le dan una apariencia realmente acogedora. Aquí los clásicos castizos toman el protagonismo, luciéndose en recetas como las croquetas, elaboradas con leche de Guadarrama, el mejillón tigre, los jugosos taquitos de merluza, las albondiguillas de vaca vieja guisadas en salsa clásica y, subiendo de tono, el secreto ibérico con revolconas o el sapito de rape a la espalda, ambos cocinados al Josper.
Y, como a nadie le amarga un dulce, qué mejor forma de acabar una gran comida que con una Sacher de chocolate, o con uno de los helados artesanos de sabores tan peculiares como yogur búlgaro o vainilla de Bourbon.
En la primera planta, a la que se accede subiendo por unas históricas escaleras, es posible disfrutar de la misma oferta culinaria que en el comedor principal. Esta zona del restaurante, con un ambiente aún más acogedor, se divide en dos espacios: una sala de paredes y techos azules con vistas a la glorieta de Bilbao, y otra más íntima en la que se combinan materiales como el azulejo, papel pintado y cortinas de terciopelo. Esta parte del restaurante es perfecta para celebrar todo tipo de eventos privados en los que no haya que preocuparse de nada más que de disfrutar. Un catering a medida, deliciosos cócteles y el mejor ambiente es lo que deparan estas celebraciones.
¿Un cóctel? Por supuesto, El Café Comercial cuenta con 15 opciones como Martini, Cosmopolitan o Manhattan para los amantes de los clásicos; Mojito, Daikiri o Piña Colada para los amigos de lo exótico y Moscow Miller, Surf on Blue o Tequila Sunrise para los más viajeros. La oferta líquida la completa una amplia carta de vinos con numerosas referencias nacionales, entre las que también caben otras internacionales y generosos, además de la opción de pedir botellas en formato magnum.