Icono tradicional y con merecida cátedra en la picaresca clásica española, la sota es provocadora: siempre con una copa en la mano. ¿Vacía o llena? Imposible saber, pues es parte del juego. Esta figura, que es un 10 –en todos los sentidos- seguirá sonriendo con la ambigüedad de la Monalisa mientras nosotros hablamos de los vinos más musolaris: los txakolís, de Bizkaia, que comparten terruño con el origen del mus; jugadas para brindar y vinos de órdago.
Texto: Javier Fernández Piera
Aguirrebeko 2018
Bodega Berroja
D.O. Bizkaiko Txakolina, 90% Hondarribi zuri, 8% Riesling, 2% Folle blanch
Di un apellido vasco, o los que quieras, que seguro que Aguirrebeko no está entre los más comunes. Aun así, esta bodega cumple el estereotipo que se atribuye a los vizcaínos por su exageración. Y aunque no discuto que los de Bilbao pueden nacer donde les da la gana, en este caso es un placer ver cómo presumen –con exageración- del terruño que les ha acunado. Una bodega con 25 años que saca pecho ¡ahí-va-la-bodega! Con toda la información que da su orografía, ubicación, paisaje, flora, fauna, geología, edafología, temperaturas, pluviometrías,… como decía el del chiste ¡estudiando, cualquiera! Efectivamente, pero hay que ponerse a ello. Y es que el lugar, sin exagerar, está considerado Reserva de la Biosfera, un auténtico lujo. Es un viñedo de mucha pendiente que casi es viticultura heroica, la orientación Sur Oeste ayuda a aprovechar muchas horas de sol, a una maduración óptima de las tres variedades. Y luego, a exagerar en el detalle para hacer el mejor txakolí –o al menos, intentarlo-. El resultado es un vino color limón, con aromas de frutas tropicales, piña y algunas flores blancas, incluso miel, y un sabor más cítrico y una acidez equilibrada con el volumen de la maduración y de la potencia de aromas. No es un txakolí que pasa desapercibido. Este apellido es para una película.
Txakolina Cosecha 2018
Bodega Magalarte de Lezama
D.O. Bizkaiko Txakolina. Hondarribi zuri, Hondarribi zuri zerratia y Riesling
Que muchas de las bodegas de la región tienen en torno a los veinte años, es un hecho, pero recordemos, primero, que cabalgan a hombros de gigantes, que la viticultura en Bizkaia está instaurada desde la antigüedad; y segundo, que todas las bodegas empezaron con proyectos de emprendimiento, con ayuda familiar y con mucha ilusión, como hacen hoy en día las start-ups. Lo que hay que reconocer es que, después de este tiempo, sigan reinventándose, como han demostrado muchas, y con estos excelentes resultados. En este caso, además, estamos cerca del “Gran Bilbao”, zona industrial y turística y de mucha innovación, que se refleja en el vino de esta familia de agricultores. Seguro que son grandes jugadores de mus y echan órdagos con fundamento. Los faroles son para los de fuera. Aquí se juega con cartas para ganar, y entre sus “amarrakos” están este vino, y sus hermanos grandes, el fermentado en barrica, y el de viñas más viejas. Éste es el joven prometedor, franco, intenso, aromático, sabroso y largo. Brillante y elegante señorito de la alta sociedad, y digno de quitarse el sombrero: ustedes sabrán por qué.
TX16.
Bodega Talleri Upeltegia,
D.O. Bizkaiko Txakolina
100% Hondarribi zuri
SI hay una bodega que aglutina más voces en favor del txakolí, es esta cooperativa, fruto de la unión de pequeños productores –leones- quienes han demostrado que con la unión se hace mejor el vino. Han apostado por la colaboración, la investigación y sobre todo la innovación. Pero siempre manteniendo la tradición y respetando la herencia de todas las familias que ahora forman parte de este gran proyecto. Entre sus productos podemos encontrar los txakolís más clásicos, algunos más elaborados y complejos y éste que presentamos que es edición limitada, pero todos ellos de la tierra y con su rh que les diferencia positivamente del resto. Nobles txakolís vascos, que se abren camino hacia delante de modo que consiguen que Bilbao y toda Vizcaya sean enaltecidos por todo el mundo. Así reza el himno del Athletic, que es muy apropiado para este resurgir del txakolí: “el viejo tronco ha hecho germinar la hoja nueva”. Y aquí lo han aprovechado para hacer un vino de guarda. Un vino de autor que es esencia de la tierra y vanguardia del terruño. Su untuosidad, complejidad y cuerpo lo hacen ideal para los sabores más fuertes de la gastronomía de allí y de donde sea.
El txakolí se reinventa: los clásicos mejoran y a su amparo surgen nuevos grandes vinos –futuros clásicos- que representan un claro ejemplo de que España es el Nuevo Mundo del vino dentro del Viejo Mundo. No en vano, la crítica internacional ha considerado los txakolís de Bizkaia como uno de los mejores estilos de vino blanco del mundo. Su fina acidez y su intensidad los hacen ideales para todo tipo de experiencia gastronómica. Sirva esta selección como homenaje a todos aquéllos bizkaikos que están devolviendo la fama a su terruño y a sus vinos. Moderación y buena compañía. En la mesa mejor, y si aguantan en la mesa de juego ¡mejor aún! Sólo una advertencia, hay muy pocas botellas de cada uno, y la sota ya ha llenado su copa…