A partir del 11 de enero se podrá disfrutar de la propuesta de los hermanos Miriam y Javier de Andrés en la zona experiencial de la Cité Internationale de la Gastronomie de Lyon, desarrollada bajo la idea de “La Cocina de los Vientos”.
La Cité Internationale de la Gastronomie de Lyon pretende esbozar las relaciones entre culturas gastronómicas mediterráneas e internacionales, dibujando incluso un mapa mundial gastronómico con los valores de cada cultura. Además, aspira a convertirse en un lugar vivo y dinámico de reunión, conocimiento, formación y entretenimiento para todo tipo de públicos, donde la experiencia sea el vehículo para transmitir cultura gastronómica internacional.
Para ello, uno de los espacios más relevantes de esta Ciudad Gastronómica es la zona de degustación donde, en una cocina vista al público, se llevarán a cabo menús conceptuales de la mano de chefs relevantes a nivel internacional en formato pop-up efímero.
Esta zona de la Cité se inaugura con la propuesta de los hermanos Javier y Miriam de Andrés, de Grupo Sucursal (Valencia), que han trabajado en los últimos seis meses, en un menú inspirado en los 4 vientos principales, con 4 miradas gastronómicas del mundo:
– Bóreas, reflejo de una cocina nórdica, donde el ahumado cobra protagonismo.
– Céfiro, donde se plasman todos los matices de la cocina precolombina
– Sirocco, que nos trasporta a la cocina de las especias y los condimentos
– Elíseos, un viaje a la tradicional cocina oriental
Javier de Andrés, quien además es Consultor Gastronomico de la Cité, explica: “En Atenas se conserva actualmente los vestigios de La Torre de Los Vientos. Su construcción pretendía ser una forma de venerar a los diferentes dioses de los vientos además de ser el lugar que acogía los diversos medios conocidos hasta la fecha para medir el tiempo. Esta edificación, de gran valor simbólico, es una demostración de la importancia que se otorgaba en la antigua Grecia a este elemento, junto al fuego, el agua y la tierra constituían el principio de todo lo conocido. Gracias a los vientos dominantes se colonizaban nuevos territorios, nuevas culturas, se descubrían nuevos productos y nuevas costumbres. La antigua Grecia, origen de la civilización occidental, nos inspira de nuevo. A modo de metáfora, la ciudad de Lyon, la propia Cité Internationale de la Gastronomie, se convierte en una nueva Torre de los vientos, en el faro capaz de atraer hasta nosotros los aromas, los sabores, las texturas e imágenes que conforman la gastronomía mundial. Vientos como, entre otros, el Bóreas, Céfiro, Sirocco, Elíseos, trasunto de antiguas deidades, simboliza el eje norte-sur este-oeste y construyen el relato de nuestra dinámica propuesta gastronómica. Nos identificamos con aquel los navegantes que “prefieren el viento a su ausencia, incluso si se trata de la más poderosa de las tormentas” (Ivetta Gerasimchuk). Somos hijos del viento y como tal, hijos de la Cocina del Mundo”