Su historia de éxito se remonta a los últimos años del pasado siglo cuando la pareja formada por Antonio Muiños y Rosa Mirás, coruñeses de Cambre (en la imagen), empezaron a introducir las algas comestibles entre los ingredientes de la alta cocina, desde que un joven Eduard Xatruch (hoy al frente del restaurante barcelonés Disfrutar y entonces en el equipo de Ferran Adrià en elBulli) les hizo un encargo especial en una feria alimentaria.
Porto Muiños empezó a ejercer entonces como el proveedor de algas de los mejores cocineros de España y, sobre todo, a introducir este producto, sostenible y saludable, en las casas de los aficionados a la buena mesa.
A través del Premio CienPorCien Origen 2019, queremos reconocer esta magnífica trayectoria de defensa de los mares y de los pescadores que está detrás de los productos que llevan la firma de la empresa gallega. Lo curioso es que, como nos cuenta Antonio Muiños, “todo empezó por una necesidad de buscarnos la vida. Empezamos con el cultivo de setas, pero nos encontramos con una competencia muy agresiva. Todo nos llevó al mundo de las algas y al principio tropezamos con muchas dificultades. porque no supimos seleccionar la zona ni contamos con las mareas. Tuvimos que aprender poco a poco a ser empresarios y no entusiastas de las algas. Pero descubrimos el spaguetti de mar, que nos pareció que estaba buenísimo, porque Galicia es una zona privilegiada, el lugar ideal para convertirnos en agricultores del mar. Luego el wakame, al que llamamos grelo de mar y que incorporamos a una receta de caldo gallego marino. Así nos fuimos animando y viajamos a ferias, incluso por Francia o Irlanda”.
Transmisión de cultura
Hoy, Porto Muiños, empresa familiar que alcanza los 50 empleados en las épocas de más actividad, está comprometida a transmitir la cultura de las algas y todo el conocimiento adquirido a lo largo de los años. También, a potenciar estos cultivos del mar en defensa de las Cofradías de Pescadores. Su nuevo reto es el cultivo de erizos para que convivan con las algas. “En el fondo -asegura Muiños- queremos hacer cultivos multitróficos, es decir que se sucedan las algas, los erizos o las ortiguillas en nuestras cuadrículas, para que se conviertan en un espacio más sostenible. El camino de los cultivos marinos creo que va por ahí. Ahora estamos trabajando con cuatro nuevas algas que van a da mucho que hablar en la mesa”.