María José San Román, chef del restaurante alicantino Monastrell y al frente de todo el grupo hostelero que lleva el mismo nombre, anda, como siempre, cargada de energía.
Recibe alborozada en Madrid la noticia de la concesión del Premio CienPorCien 100 Origen al Mejor Jefe de Cocina mientras desarrolla diferentes viajes internacionales (Vietnam, Sudamérica, San Francisco), además de las iniciativas vinculadas a su presidencia de MEG (Mujeres en Gastronomía), como el Agora Mediterránea del próximo mes de febrero, que llevará hasta Alicante a cocineras y productoras de todo el planeta. El aceite de oliva Virgen Extra, el azafrán o el arroz han sido algunos de sus productos bandera, porque están en su ADN mediterráneo. También el cacao, alrededor del cual anuncia en nueva revolución culinaria que no lo es tanto si tenemos en cuenta que desde siempre ha tenido gran presencia en la tradición alicantina.
Porque, más allá de su curiosidad cosmopolita, dice que hay que defender con pasión los productos locales: “Es triste que mucha gente joven sepa más de baos, de kimchi y de fermentaciones que de escabeches. Por eso necesitamos hablar de lo nuestro”. Bendecida hace años con una estrella Michelín, María José lamenta cierto desarraigo de los establecimientos “estrellados”: “Todo el mundo nos quiere pero nadie nos usa. Menos mal que el público extranjero acude con los ojos cerrados, porque el nacional no siempre identifica Michelin con calidad. Algo estamos haciendo mal, aunque la estrella ha sido, desde luego, mi rampa de lanzamiento”.
La clave, en el producto
Asegura San Román, madre también de exitosas hosteleras, que “la clave de todo sigue estando en el producto y yo me siento cada vez más cerca de mi entorno. Por eso, hacemos nuestro propio pan y reivindicamos el aceite, el arroz o las hortalizas locales, además del pescado. Hasta mis postres se basan en frutas de la tierra. Mi cocina va más allá del producto local, pero en Alicante tenemos prácticamente de todo, además de historia, cultura y tradición. Estoy en una zona privilegiada. Entre ser de Islandia y ser de Alicante hay una gran diferencia. Al fin y al cabo, estamos en el origen de la Dieta Mediterránea”. En este sentido, muestra su satisfacción por haber sido elegida Embajadora de la Dieta Mediterránea, junto al escritor Juan Eslava Galán y la oleóloga Brígida Jiménez: “Quiero devolver a la sociedad lo mucho que me ha dado”.