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La marca Queso Castellano, reconocida como IGP

El Diario Oficial de la Unión Europea ha publicado el reconocimiento de Queso Castellano como Indicación Geográfica Protegida. Desde este momento, la producción de queso de oveja de calidad de Castilla y León podrá incorporar este distintivo en su etiquetado, valorizando aún más la tradición y su reputación. Esta nueva figura ofrece al consumidor una mayor garantía de calidad y origen de la materia prima y del proceso productivo.

El consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de la Junta de Castilla y León, Jesús Julio Carnero, se ha reunido con los promotores de la marca Queso Castellano que ha logrado el reconocimiento de Indicación Geográfica Protegida tras cumplir con todos los requisitos exigidos por la Comisión Europea. La tramitación, en la que ha colaborado la Consejería, comenzó en julio de 2015. Esta IGP, como ha resaltado el consejero, “se convertiría junto con la IGP Lechazo de Castilla y León y el Vino de la Tierra de Castilla y León en la tercera IGP que abarca la totalidad del territorio de la Comunidad”.

El Diario Oficial de la Unión Europea (DOUE) ha publicado este reconocimiento que permitirá a la Federación Castellano Leonesa de Industrias Lácteas, propietaria del distintivo, lograr uno de los objetivos para los que se creó el sello: impulsar la producción de queso de oveja de calidad de Castilla y León, una elaboración tradicional a lo largo del tiempo.

Desde este momento, los productores adheridos a la marca podrán incorporar esta figura de calidad en su etiquetado. El distintivo ofrece al consumidor una mayor garantía de calidad y origen de la materia prima y del proceso productivo.

Qué es el Queso Castellano

El Queso Castellano es un queso graso o extra-graso de coagulación enzimática y de prensado intenso con una larga vida útil. Elaborado con leche cruda o pasteurizada de oveja procedente de explotaciones ubicadas en Castilla y León y con una maduración mínima de treinta días para quesos con peso igual o inferior a 1,5 kg y de sesenta días para el resto de formatos.

El Queso Castellano, al término de la curación, presenta unas características singulares tales como: una corteza bien definida, sin mohos, con posibles marcas (de cincho, molde o paño) y de color variable, desde el amarillo pálido hasta el marrón. La corteza podrá ser natural o tener recubrimientos de productos autorizados. Una pasta firme y compacta de color blanquecino-amarillo claro a beige y muy luminosa. El olor es moderadamente intenso pero con un rango de variación bastante amplio, con recuerdos de mantequilla, frutas y vegetal, y muy débil a frutos secos. La sensación olfato-gustativa es de elevada intensidad de sabor, tanto ácido como salado. Son quesos ligeramente picantes, de persistencia moderadamente alta y con bajo regusto final. Intensificándose todas estas sensaciones con la maduración. La textura es de quesos firmes y moderadamente solubles, elásticos, friables y granulosos.

Control y producción

El queso se elaborará en queserías ubicadas en el territorio de Castilla y León. Esos centros de producción deben disponer de sistemas que garanticen la elaboración independiente del queso a proteger (desde la recepción de la materia prima hasta la fase de expedición). Solo se expiden al mercado con garantía de origen avalada por el etiquetado identificativo de la denominación, los quesos que hayan superado todos los controles del proceso.

En 2019 se han elaborado 2.340 toneladas que han supuesto un valor económico de 23,4 millones de euros.

En la actualidad, la Comunidad de Castilla y León posee una materia prima de gran calidad y en abundancia, ya que es la primera Comunidad en cuanto a cabezas de ganado ovino de leche, y la Comunidad de España con mayor producción de quesos de oveja. El tipo de alimentación que reciben los animales se caracteriza por un menor contenido en grasa.

Retos comerciales

La evolución de la marca colectiva Queso Castellano, transformándose en una Indicación Geográfica Protegida, supondrá una importante palanca comercial para las industrias productoras de la Comunidad. Y lo será tanto en el mercado local (donde siete de cada diez consumidores españoles, según un estudio de la consultora Nielsen, prefieren que los productos frescos sean de origen nacional), como en el mercado exterior, gracias a la reputación que este sello de calidad ha adquirido tanto en la Unión Europea, como en Estados Unidos.

Asimismo, el reconocimiento como IGP le aportará una mayor protección internacional en materia de negociaciones de acuerdos comerciales bilaterales que afecten a derechos de propiedad intelectual DOP e IGP.

Actualmente son 30 las industrias que pueden portar este sello:

Pico Melero, Quesos el Pastor-Hijos de Salvador, S.A. , Queserías de Zamora, Quesos Cerrato, El Gran Cardenal, Páramo de Guzmán, Hermanos Sadornil Castrillo, Industrias Lácteas Manzano, Baltasar Moralejo e Hijos, Industrias Lácteas San Vicente, Quesos Eusebio Manzano, S.L., Industrias Lácteas Benaventanas-Ilbesa, Quesería de Castilla, Herederos de Félix Sanz, S.L.-Campoveja-, Quesos Marsan, S.A., La Antigua-Gestión Agroganadera, S.L., Quesos Quevedo, Lácteas Zamoro, S.L., S.A.T. Hermanos Paramio, Jesús Mª Andrés Hidalgo, Garcia Filloy, Armando Sanz, Grupo Frías, Quesos Abadengo, Queserías Entrepinares, Agropecuaria  Saldañesa Tecnipec S.A., Ilujor Orcajo Garcia, Quesos Revilla, Cañarejal, Quesos de Villalón.

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