Galicia y Aragón son, sin duda, dos de los lugares más apetecibles de la geografía nacional. La diversidad cultural de estos territorios, unida a una gran tradición agroalimentaria, ha contribuido a la creación y consolidación de dos cocinas de carácter reconocidas en todo el país. Las IGP Ternasco de Aragón y Ternera Gallega, ambas inmersas en el plan de promoción europeo “Carnes con estilo”, contribuyen a la riqueza gastronómica de sus regiones de origen con sus carnes frescas de calidad alimentaria diferenciada. En la imagen, un plato de «Carne ao caldeiro» con IGP Ternera Gallega.
De norte a sur y de este a oeste. España es un auténtico paraíso para los amantes del buen yantar. Un lugar donde han pervivido a lo largo de los siglos platos y recetas de una gran tradición.
Estas recetas, además, son pequeñas porciones de la historia y la cultura de los territorios donde se elaboran, ya que suelen incorporar ingredientes autóctonos, productos de cercanía y proximidad, como Ternera Gallega y Ternasco de Aragón, carnes de origen y calidad garantizados bajo el sello IGP.
Aragón gastronómico
Aragón es un territorio de grandes contrastes. Desde las alta cumbres del Pirineo a las áridas tierras de los Monegros. Desde las fértiles tierras del valle del Ebro al paisaje pintoresco de montaña mediterránea de Teruel. Lugares muy dispares entre sí, pero con una estrecha vinculación social, cultural y gastronómica. Una comunidad, además, que cuenta desde hace siglos con una gran tradición en la ganadería ovina. Un hecho que, sin duda, ha contribuido a mantener vivo el entorno rural aragonés desde un punto de vista socioeconómico y medioambiental.
La gastronomía es, sin duda, una de las señas de identidad de Aragón. Y el Ternasco de Aragón IGP su buque insignia. La forma más tradicional de cocinarlo es al horno, asado con patatas panadera. Aunque en forma de guiso, pensando en los jarretes o los collares por ejemplo (en épocas más frías) o a la brasa, ideal con las chuletillas o el churrasco (más consumido con el buen tiempo), queda muy tierno y sabroso.
Los nuevos cortes del Ternasco de Aragón, pensados hace unos años para popularizar el consumo de la carne de cordero en el día a día, aportaron otras muchas formas de consumo como las tapas o los bocadillos elaborados con filete de pierna o churrasquitos o incluso algunas presentaciones más vanguardistas como la ventresca de Ternasco de Aragón IGP o el tournedó a la plancha. Un hito que puso en valor una gran versatilidad que convierte al Ternasco de Aragón IGP en un producto perfecto para cualquier ocasión.
Además, la carne de Ternasco de Aragón marida a la perfección con el resto de productos aragoneses amparados bajo las figuras de calidad diferenciada IGP, DOP y C´Alial. Productos como el vino, el cava, el Jamón de Teruel, el Melocotón de Calanda, la Cebolla de Fuentes de Ebro, los aceites del Bajo Aragón y Sierra del Moncayo, quesos, huevos o panes, la borraja de Aragón, la longaniza de Aragón, el lomo embuchado o la Trenza de Almudévar entre otros.
Galicia en el plato
Al igual que ocurre en Aragón con el Ternasco de Aragón, en Galicia el vacuno cuenta con siglos de tradición. Amparada bajo el sello IGP, la carne de Ternera Gallega procede de animales jóvenes, nacidos y criados en Galicia en base a sus razas autóctonas y sus cruces. Al paladar, encontramos una carne de textura suave que destaca por su intenso y delicioso sabor, su extraordinaria terneza, jugosidad y suculencia. Presente en toda la comunidad autónoma, Ternera Gallega protagoniza las más variadas propuestas gastronómicas, desde recetas clásicas a otras más innovadoras, gracias a la versatilidad de sus diferentes piezas.
Dentro de los platos más típicos de Galicia, tenemos la Carne ao caldeiro, que se puede cocinar con la falda o la aguja, pero también con el jarrete o la culata de contra. Además, el recetario gallego nos ofrece la tradicional Carne asada, típica en las fiestas y reuniones familiares, o su popular Empanada, que, rellena de carne, se puede elaborar con la aguja, la llana o la espaldilla de Ternera Gallega. Otra opción habitual en las romerías de Galicia y en los encuentros con la familia o los amigos, especialmente en esta época estival, es el churrasco. Esta comida tradicional, traída a la comunidad por los emigrantes retornados de América del Sur, se prepara con el costillar de ternera a la brasa o a la parrilla y se suele acompañar con salsa chimichurri.
Y aparte del clásico chuletón o solomillo a la plancha, Ternera Gallega también nos permite disfrutar de platos más actuales, como un Tataki o un Steak Tartar, gracias a la terneza que caracteriza a la carne amparada por la IGP.
Además, Ternera Gallega combina a la perfección con otros alimentos de calidad de Galicia, que cuenta con hasta 36 productos con IGP o DOP. Además de por sus vinos y licores, esta comunidad destaca por sus quesos, sus patatas, los pimientos de diferentes variedades, los mejillones o el capón, las castañas, la miel y las Fabas de Lourenzá, junto con el pan o la conocida Tarta de Santiago.
Mejor con vino
Ambas regiones presentan una enorme riqueza gastronómica liderada por el sabor de las carnes frescas de las IGP de Ternera Gallega y Ternasco de Aragón. Productos con los que uno está obligado a deleitarse y, si es con vino, mejor.
En el caso de Aragón, cualquier plato de Ternasco de Aragón puede acompañarse a las mil maravillas con una de las cuatro Denominaciones de Origen Protegidas de la región: Somontano, Campo de Borja, Calatayud y Cariñena; o de sus Vinos de la Tierra, reconocidos con el sello IGP: Bajo Aragón, Ribera del Gállego Cinco Villas, Ribera del Jiloca, Valdejalón y Valle del Cinca
Por su parte, merece la pena disfrutar de la Ternera Gallega acompañada de una de las Denominaciones de Origen Protegidas típicas de la zona: Rías Baixas, Ribeiro, Valdeorras, Ribeira Sacra y Monterrei o con uno de sus Vinos de la Tierra, con sello IGP: Barbanza e Iria, Betanzos, Val do Miño-Ourense y Ribeiras do Morrazo.