Este año pasará a la historia del Consejo Regulador como el primero en el que se inicia la elaboración de claretes y vinos de las variedades Estaladiña y Merenzao bajo el sello de calidad de la Denominación de Origen Bierzo. Tres de los 10 nuevos municipios incorporados a la Denominación de Origen ya producen uva acogida al sello de calidad. Los bierzos del 20 serán equilibrados, afrutados y de un marcado carácter varietal, según el Consejo.
La producción total de uva controlada por el Consejo Regulador en la vendimia de 2020 ha sido de 11.407.244 kilogramos; un 94,8 % (10.814.273 kilogramos) se destinará a la elaboración de vinos con el sello de calidad Denominación de Origen Bierzo. La producción de uva controlada ha sido un 14,75% menor respecto a la cosecha 2019, y si tomamos como referencia las cinco últimas cosechas, es un 9,95 % menor a la media.
NUEVOS MUNICIPIOS Y VARIEDADES
La vendimia de 2020 es la primera que cuenta oficialmente -con el nuevo pliego de condiciones y el nuevo Reglamento ya vigentes- con la producción de tres de los diez nuevos municipios reconocidos, en concreto Sobrado, Torre del Bierzo y Toreno, y es también la primera cosecha con Estaladiña y Merenzao como variedades reconocidas. También se va a elaborar por primera vez el tradicional clarete bajo el sello de calidad de la Denominación de Origen Bierzo.
CLIMATOLOGÍA
La vendimia comenzó el día 24 de agosto con la última entrada de uva registrada el 16 de octubre. Las condiciones climatológicas durante la campaña han sido “muy buenas”, según el departamento técnico del Consejo Regulador. “Los viticultores y bodegueros han ido vendimiando a medida que la uva iba madurando y se ha obtenido una calidad excepcional con un estado sanitario excelente”, destacan.
Efectivamente, la uva presenta unos parámetros de pH y acidez muy buenos, lo que producirá vinos equilibrados. Esta campaña destaca también por la gran cantidad de fruta que tendrán los vinos, con un marcado carácter varietal y una buena evolución a lo largo del tiempo.
La campaña 2020 ha estado marcada por un invierno y primavera lluviosos; en cuanto a las temperaturas, estas han sido suaves, y gracias a la disponibilidad de agua que había en el suelo, la brotación se inició a finales del mes de marzo.
La floración, cuajado y cierre del racimo, se han producido en circunstancias normales. La floración este año comenzó en las zonas más tempranas la semana del 25 de mayo y se desarrolló hasta la semana del 8 de junio en las zonas más retrasadas, lo que supone un adelanto con respecto a la campaña 2019 de aproximadamente 10 días.
Durante los meses de junio y julio hubo tormentas esporádicas, algunas con presencia de piedra, así como algún foco de mildiu en racimo, sin mayores consecuencias. Lo más destacable fueron las elevadas temperaturas que se produjeron durante el verano. El inicio del envero se produjo en la semana entre el 14 y el 21 de julio, más o menos con 15 días de adelanto con respecto a la campaña 2019.
Durante los casi dos meses de vendimia el Consejo Regulador no ha registrado ningún caso de Covid entre los jornaleros o bodegueros.