Geol es el tinto más personal de Tomàs Cusiné y procede de las viñas más viejas de la finca de Vilosell, un pequeño pueblo situado en las estribaciones de las montañas de Prades (Tarragona). Su elaboración es artesanal y se fundamenta en la selección de las uvas grano a grano, para conseguir un fruto perfecto que dé lugar a un vino redondo y sin aristas.
Geol (DOP Costers del Segre) es el vino más personal de Tomàs Cusiné, un tinto con carácter y una marcada fuerza telúrica procedente de las viñas viejas con cuyo fruto se elabora.
Gran parte de la personalidad de Geol proviene del paisaje donde se encuentra la finca de la que procede, un viñedo cuyo suelo se formó en el Paleógeno, es decir, hace más de 43 millones de años. Este territorio se compone de gravas y sustratos de tierra y roca, además de arcilla y limos con areniscas y calcáreas intercaladas que proceden de las estribaciones de las montañas de Prades, unas formaciones responsables también de la altitud de la viña, 712 metros sobre el nivel del mar.
El viñedo se cultiva según los dictados de la agricultura ecológica, usando abonos orgánicos elaborados en la bodega y bajo un estricto control del origen de la materia orgánica y las temperaturas de cocción. En toda la finca se preservan la biodiversidad y la cubierta vegetal natural del suelo.
Cariñena, Cabernet Sauvignon y Merlot
Las uvas de Cariñena, Cabernet Sauvignon y Merlot que componen cada añada de Geol se escogen grano a grano en una doble mesa de selección. El mosto fermenta en depósitos de 5000 litros con levaduras autóctonas, fruto de un trabajo de identificación en el viñedo. La crianza se lleva a cabo en barricas de roble francés de 600 litros.
Geol 2017 tiene un bonito color rojo intenso. En nariz desprende aromas de suave madera de cedro y de eucalipto, notas de chocolate y regaliz y toques balsámicos y de pastelería. En la boca es sedoso, amplio, con taninos redondos, potentes y profundos.
El proyecto más personal de Tomàs Cusiné
La experiencia acumulada en las bodegas familiares Castell del Remei y Cérvoles Celler impulsó a Tomàs Cusiné a iniciar la que sería su primera aventura como bodeguero independiente, estableciéndose en la comarca de Les Garrigues, la zona vinícola con mayor altitud de la mitad sur de Catalunya. Su objetivo no era otro que elaborar vinos con carácter que reflejasen la expresión del territorio, implementando su propia filosofía vinícola y aprovechando su conocimiento de la DOP Costers del Segre.