La bodega burgalesa elabora vinos de alta calidad que reflejan las peculiaridades del suelo y la variedad autóctona, la Tinta Fina: M9 (en la imagen en Mágnum) y Finca Helena.
En Abadía de San Quirce, trabajar con viñedos propios permite cada año controlar todo el proceso productivo, renunciando a altas producciones para obtener uvas de altísima calidad, garantizando de esta manera la identidad y el origen de procedencia de sus vinos con diferentes crianzas. Para una fecha tan especial como ésta, elegir estos vinos para regalar o para armonizar una romántica cena en casa, será un acierto seguro.
M9 2018. Elaborado con la variedad Tempranillo, procede de viñedos con una edad de 70 años que, con una escasa producción de uva, se encuentran prácticamente en el límite de adaptación del viñedo a estas tierras (a 920 metros de altitud) y producen por tanto, uvas muy especiales. Es un vino de color rojo picota intenso de capa alta. Equilibrado en nariz con notas de frutas balsámicas y especiadas. En boca es fresco, sedoso, fino, elegante y con gran persistencia, recordando a los grandes vinos atlánticos. De esta añada solo se han elaborado 6.000 botellas. PVP: 31 €.
Finca Helena 2015 procede de una rigurosa selección de viñedos plantados hace más de 100 años en el término de La Aguilera. Viñedos plantados en terrenos pobres, formados en vaso que han vencido la batalla al tiempo para ofrecernos hoy el tesoro que representa esta botella. Elaborado con la variedad tempranillo, se fermenta en barricas de roble francés de 500 litros con una crianza durante 15 meses en barricas nuevas de roble francés de Allier y el resto en botella. El resultado es un vino de color cereza intenso con ribete violáceo, fresco y con carácter; lleno de matices aromáticos bien engarzados (frutos negros maduros, notas balsámicas, especiadas y de maderas finas), en un conjunto refinado. Equilibrado, con cuerpo y nervio, en boca es elegante, estructurado y con taninos amables bien domados por la crianza y un largo y persistente final. De esta excepcional añada, únicamente se han elaborado 2.820 botellas de 75 cl numeradas irrepetibles y 200 exclusivos Mágnum. En su reciente cambio de imagen se ha mantenido la botella tipo bordelesa y su etiqueta ha cambiado sutilmente con un fondo blanco y limpio que, con la cápsula de color cobre, complementa la conjunción de todos los elementos para reforzar la información de códigos de distinción y delicadeza en este vino de guarda. PVP: 58,15 €.
Veintiuna hectáreas de viñedo propio
Abadía de San Quirce posee un total de 21 hectáreas de viñedo propio de la variedad Tinta Fina en los términos de Aranda de Duero y La Aguilera. Así mismo controla otras 80 has, de la misma variedad, repartidas entre los pueblos de Gumiel de Izán y la Aguilera. De todas ellas se obtendrá la uva para la elaboración de sus vinos.
Toda la plantación está formada en vaso, como se hacía tradicionalmente en esta región. Las edades del viñedo están comprendidas entre los 15 de los más jóvenes hasta los más de 100 años, de viñas prefiloxéricas plantadas en el año 1900. Al tratarse de un viñedo tan antiguo, está repartido en numerosas parcelas con diferentes tipos de suelos (arenosos, calizos, franco-arcillosos). Esto les permite obtener uvas, que aun tratándose de la misma variedad, son totalmente diferentes debido a ese carácter que les imprime su terruño particular.