El gaditano Mario Sánchez dirigiendo cocinas y la parisina Charlotte Finkel capitaneando sala (en la imagen) se han unido para crear este bistró contemporáneo en el que el producto de temporada es el rey. Un viaje entre Francia y Andalucía que trae platos muy personales llenos de fondos, sabor y mucho cariño. En el restaurante, situado en la calle Belén número 6, en pleno barrio madrileño de Chueca, se puede disfrutar de tres espacios: la barra, en la que se puede ver trabajar al equipo a través de la cocina vista; una gran mesa compartida; y el salón con mesas bajas.
Mario y Charlotte son la combinación perfecta, tanto en lo profesional, como además en lo personal. Un joven apasionado por la cocina, que ha pasado por algunas de las más importantes de España como Aponiente o Diverxo entre otras; y una profesional amante del trabajo de sala y del mundo del vino que rebosa
alegría e ilusión y que ha gestionado grandes equipos de trabajo como el de Four Seasons Hotel Madrid, entre otros.
Ahora con toda la confianza por haber meditado muy bien cada una de las aristas de este proyecto, abren Comparte Bistró. Un lugar para disfrutar del viaje entre París y Cádiz, pasando por supuesto por Madrid, en el que los platos tienen como protagonismo el producto de temporada. Una cocina cercana, sencilla y desenfadada, de fondos y sabores reflejados en platos con algunos recuerdos franceses y andaluces. Un estilo muy personal que se lleva a cabo también gracias a las distintas técnicas de la alta gastronomía que Mario ha aprendido a lo largo de su carrera profesional.
Una veintena de platos
La carta se compone de poco más de 20 platos en el que se pueden encontrar combinaciones como el Chicharrón, comté, tomates semi-secos; Croque
Monsieur, reblochon, vaca madurada; Atún à la bordelaise, purée de patata; Steak Tartar, croissant, béarnaise; Pavías de pescado, salsa gribiche; o Canelón de
puchero, velouté con su caldo, hierbabuena; entre otros. En el apartado de postres propuestas tan originales como el Tatín de manzanas Inés
Rosales o la Millefeuille dulcey y caramel au beurre salé; entre otros.
En la carta de vinos no podían faltar las referencias de Francia y de España, haciendo un guiño especial a Andalucía. Lugares con una gran riqueza vinícola como son el valle del Ródano y del Loira, Burdeos, la Borgoña y también la provincia de Cádiz o la Sierra de Málaga. Por supuesto una gran lista de vinos dulces y generosos de Jerez, el Puerto de Santa María o Montilla Moriles. Una propuesta líquida muy en consonancia con la gastronómica, para que la armonía sea una gran protagonista de la experiencia global.
El local está dividido en varios espacios. Por un lado, una barra que da a la cocina vista para disfrutar del trabajo de los cocineros, quienes acabarán los platos en ella. Una gran mesa compartida y un salón con mesas bajas. Destaca en todo el local la madera de nogal, el mármol rojo tipo burdeos y la combinación entre la tradición y el modernismo. La iluminación juega un papel fundamental, acogiendo al comensal entre luces y sombras perfectamente pensadas.
Un cocinero prometedor y con los pies en la tierra
Mario Sánchez Ariza (Cádiz 1990) empezó a cocinar con tan solo 17 años, teniendo siempre la meta final de montar su propio restaurante. Comenzó trabajando en Guipúzcoa en Martin Berasategui (3 estrellas Michelin); más tarde en Arola Hotel Arts en Barcelona; para luego dar el gran salto a París con el proyecto de Sergi Arola Hotel W Opera. Tras un tiempo en Francia, volvió a su Cádiz natal para formarse en Aponiente (3 estrellas Michelin) con Ángel León. Después, con el objetivo de irse a Madrid, consiguió la oportunidad de trabajar como jefe de partida en Diverxo (3 estrellas Michelin) con Dabiz Muñoz. A partir de ahí comenzaría su aventura madrileña formando parte de proyectos tan enriquecedores como La Cabra y Gaytán de Javier Aranda, dirigiendo la apertura de este último, consiguiendo una estrella Michelin a los pocos meses de abrir; Triciclo; o los restaurantes El Patio & Isa en el Four Seasons Hotel.
Una directora profesional, siempre con una sonrisa amable
Charlotte Finkel (París 1992) desde muy jovencita ha sido una apasionada por el mundo de la gastronomía y del vino. Tanto que decidió interrumpir sus estudios en la Escuela de Negocios para descubrir la hostelería profesional con la apertura del Hotel Four Seasons en Baréin. Convencida de haber encontrado su camino, se fue al Four Seasons de Bora Bora al terminar su Máster en Management y Hospitality Management (París & Madrid). Más tarde tuvo la oportunidad de volver a Madrid para la apertura del Four Seasons gestionando la sala y un equipo de más de 50 personas, siempre con espontaneidad y profesionalidad. Se caracteriza por su versatilidad, por su anhelo de aprender y por su sonrisa, siempre amable.