El stollen es un pan festivo alemán que se lleva preparando desde hace más de cinco siglos y que los alemanes disfrutan en Navidad y Pascua. Es una masa elaborada con mantequilla y salpicada de naranja y limón confitado, pasas y especias que le otorgan un aroma seductor que traslada a otras culturas. La investigación y la innovación caracterizan a esta panadería, nacida de la pasión por el arte de hacer buen pan, de manera artesanal, con la mejor materia prima y con mucha dedicación. Lo preparan en El Horno de Babette, con varias tiendas en Madrid.
Tras la temporada de Roscón, El Horno de Babette nos deleita con una de sus especialidades, el stollen, pan festivo de origen alemán, casi tan afamado como el panettone italiano. Se trata de una masa elaborada con mantequilla, salpicada de frutas como la naranja y el limón confitado y las pasas, y aromatizada con una mezcla de especias que nos traslada a otros lugares y culturas. Las panaderías alemanas tienen sus propias mezclas que pueden incluir clavo, cardamomo, anís, canela e incluso pimienta o cilantro y que guardan con esmero de la mirada de extraños. La de El Horno de Babette también es secreta, y la han ido variando desde que empezasen a hacer este pan en su escuela y obrador hace ya más de una década. Desde entonces, cada temporada el obrador ofrece la degustación de este regalo de la ciudad de Dresde, al este de Alemania.
Stollen de Dresde
El pan festivo alemán de Babette cumple con las normas del stollen con denominación de origen de Dresde (excepto que está elaborado en Madrid). Así, en el obrador confitan la naranja y el limón, hacen el macerado con suficiente antelación para lograr una buena mezcla de sabores, muelen las especias y las envuelven en la mantequilla que incorporan a la masa una vez está bien desarrollada. A su salida del horno pincelan dos veces con mantequilla derretida cada stollen para prolongar su conservación, y al día siguiente lo espolvorean con azúcar glass. Un proceso laborioso cuyo resultado hace que El Horno de Babette no escatime esfuerzos.
Para disfrutarlo, recomiendan tomarlo a temperatura ambiente, y envejecerlo en su caja hasta cuatro semanas en una despensa fresca, aunque también es perfecto degustarlo recién hecho. Para que se conserve mejor, desde el obrador recomiendan cortarlo con un cuchillo por el centro e ir sacando finas rebanadas de un lado y del otro, y posteriormente unir ambas mitades. Una manera de alagar el disfrute de este delicioso pan, perfecto para acompañar al café.