Bodegas Habla presenta Habla nº 24, su primer vino 100% Cabernet Franc procedente de la añada 2018. Un monovarietal que, según el equipo de enología de la bodega de Trujillo (Cáceres), promete ser recordado con el paso de los años.
Fundada en la localidad cacereña de Trujillo, Bodegas Habla continúa apostando por romper con los estándares vinícolas establecidos en la zona. Sus vinos de ‘Alta Costura’-formados por aquellos vinos numerados de ‘Edición Limitada’, que una vez agotados pasan a ser de colección- no responden a los criterios establecidos por las distintas Denominaciones de Origen ni a un ensamblaje concreto, ni el número que da su nombre con la añada.
Habla Nº24 es un Cabernet Franc, el primero que la bodega lanza al mercado de esta variedad -desde que en 2005 comenzó su serie de ‘Edición Limitada-. Estamos ante una uva procedente de una viticultura ecológica que tras su elaboración sigue una crianza de 13 meses en barrica nueva de roble francés y reposo final de un año en botella. Habla Nº24 se traduce en un Cabernet Franc, sedoso en boca, con una elegancia inigualable –debido a su corta maceración- que supone un antes y un después en la trayectoria de los vinos de ‘Alta Costura’ –edición limitada- de la bodega extremeña.
Búsqueda constante de la excelencia
Desde que Bodegas Habla se planteó una mejora en su crecimiento vitícola y enológico -año 2015-, la elaboración de los vinos numerados ha dado un giro de 360º.
A pesar de tener en contra varios factores, como las altas temperaturas y la escasez de agua, el equipo de enología ha conseguido que las añadas sean cada vez más equilibradas en finura, frescura y aromas. En palabras del director técnico, Eduardo de José, la bodega se encuentra en un momento óptimo: “Estamos en el mejor momento de la historia de los vinos Habla número –Edición limitada- por haber encontrado el equilibrio en cuanto a frescura e intensidad aromática”.
Pero más allá de que el departamento de enología haya conseguido que los vinos numerados expresen la tipicidad de las parcelas del viñedo y el carácter de sus variedades de uva, la excelencia en el cultivo hace que estemos ante uno de los Habla ‘Edición Limitada’ más redondo de la historia de la bodega.
Primero, porque según cuenta Eduardo de José, el año 2018 fue muy estable ya que no hubo incidencias desfavorables medioambientales. Por tanto, las plantas tuvieron un crecimiento y desarrollo óptimos. Segundo, porque la parcela 37, donde se cultiva la Cabernet Franc, está situada en una zona alta, con exposición Norte, ventilada y bien drenada, que favorece unas condiciones sanas. Y tercero, por la disposición de la planta, la distribución de los racimos o el tamaño del grano, entre otros factores, el equipo viticultor consigue alcanzar un adecuado rendimiento y perfecta maduración del fruto.
Uso de la madera como complemento
Otra de las claves del proceso de elaboración de los Habla número la encontramos en el paso previo a su embotellado. Aunque la crianza tiene un valor importante, el equipo de enología la trabaja de forma particular para evitar vinos muy concentrados. “Aunque usamos barrica nueva de roble francés, no empleamos tiempos excesivos de crianza. Además, los tostados son ligeros para que el toque ahumado o especiado no destaque”.
Y precisamente en esta búsqueda de acabados sedosos y elegantes en boca, según cuenta Eduardo de José, emplean el uso de foudres de madera –también de roble francés- con una capacidad de cinco mil litros con el objetivo de que los vinos “se ensamblen de forma óptima antes de ser embotellados”.