Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Madrid: La Chusquery, una neotaberna cada vez más gastronómica

Esta neotaberna situada en La Latina (De los Mancebos, 2. Madrid), da un paso adelante en su propuesta gastronómica sin dejar de lado sus mejores cualidades: elaborar cocina de mercado, viajera y siempre con un toque canalla. Fusión entre las bases de guisos tradicionales e ingredientes de países asiáticos; carta que cambia cada 4 meses; y unos clásicos que nunca desaparecen en formato de medias raciones y enteras. En la imagen, su caballa ahumada.

Tras dos años de rodaje, Ángel Jiménez, se ha dispuesto hacer realidad el propósito para el que ha nacido: sorprender a su comensal cada día con nuevas elaboraciones, a través de platos gastronómicos que le describen a él como chef y también a su locura, a la que puso de nombre La Chusquery. Un lugar que, como él mismo explica, está entre el ‘restaurante informal’ y la ‘taberna o tasca formal’ por lo que, adaptándose a los nuevos tiempos, lo califica de ‘neotaberna’.

En su cocina hay mucha base de guiso tradicional mezclado con ingredientes y especias de otros países como Thailandia y Malasia. Raro es que sus platos no lleven alguna salsa, siempre bien ligada y fusionada con el excelente producto que él mismo escoge cada día. Y es que algo fundamental en su cocina es la calidad de la materia prima y el tiempo para experimentar con ella. Porque La Chusquery para Ángel es un pequeño laboratorio en el que crear todo lo que se le pasa por la cabeza. Si te descuidas, y justo pasas por allí cuando está creando alguno nuevo, puedes acabar siendo su conejillo de indias para comprobar si ese plato funciona o no.

En su oferta habitual hay una carta perfecta para tomar en barra y terraza de medias raciones y enteras en la que destacan algunos de sus ‘clásicos’ como son la Ensalada de burrata con tomate semiseco, romescu de hierbas y vinagreta de jamón; las Croquetas caseras de jamón ibérico; el Steak tartar con huevo de codorniz y trufa; el Tataki de pez mantequilla con salsas orientales; entre otros.

La carta que se disfruta en sala cambia cada 4 meses aproximadamente y se trata de una propuesta más elaborada en la que destaca la Caballa ahumada con hinojo, crema de cabra, avellanas y praliné; el Tiradito de vieira con lapas, aliño de jalapeños, sorbete de gintonic y salsa X.O.; la Oreja de cochinillo con brava-mamiji y lima; la Molleja de corazón de vaca con puré de maíz, setas y hoisin de fresas; entre otros. Algunos de estos platos también pueden disfrutarse en media ración.

Pero desde luego, con lo que Ángel realmente disfruta, es con las sugerencias (unas 6 propuestas cada día) que van cambiando según las existencias. Entre ellas se puede encontrar la Sopa de ajo tradicional a la manchega; la Picaña nikkei (que él mismo deja madurar durante 20 días); o los Chipirones encebollados thai; entre otros muchos. Una cocina versátil con producto de primera calidad que, según el día, Ángel elabora de una manera u otra.

Ángel Jiménez se formó en la Escuela Superior de Hostelería y Turismo de la Comunidad de Madrid. Terminó sus estudios de Dirección y Gestión de Empresas hosteleras en Salford (Inglaterra). Más tarde trabajó en diferentes cocinas de Suiza y Malasia, dónde conoció un mundo nuevo de sabores. En España ha trabajado en restaurantes de gran talla como Nodo, Pan de Lujo, Las Rejas, Casa Marcial o Diverxo. Una dilatada experiencia que le ha formado como el chef atrevido que es. La cocina que propone está llena de contrastes, guiños asiáticos y un fondo tradicional al que nunca piensa renunciar.

 

ORIGEN, la revista

Acceso Biblioteca Origen Digital

Suscripción a Newsletter

Scroll al inicio