La importancia de las Indicaciones Geográficas-IGs (Denominaciones de Origen Protegidas-DOPs e Indicaciones Geográficas Protegidas-IGPs) en la defensa del medio rural y la lucha contra la despoblación resulta desde hace tiempo a todas luces incuestionable. Hoy todo el mundo reconoce su significado y su valor.
Por Eugenio Occhialini
Por eso resulta tan importante la nueva propuesta europea de Reglamento sobre IGs que, a pesar de la complejidad del proceso, va avanzando desde hace unos meses tanto en el seno del Parlamento como de la Comisión Europea, impulsada en el primer caso, en buena medida, por el ponente, el europarlamentario italiano Paolo de Castro, gran amigo de España.
El objetivo es que el nuevo Reglamento pueda aprobarse durante el próximo mes de noviembre, en coincidencia con la Presidencia española de la UE y poco antes de las elecciones generales, que se celebrarán, previsiblemente, en el mes de diciembre.
En defensa del medio rural
Habrá que estar atentos a su contenido, que se está negociando paso a paso en la actualidad en los diferentes frentes y países, pero creo que el principal objetivo de su articulado debe ser volver a reivindicar a las IG como garantía de calidad y diferenciación alimentarias y como herramientas fundamentales de defensa del medio rural ante la falta de expectativas y de proyección personal y profesional de sus habitantes.
Para constatar que, en efecto, algo se está moviendo en el ámbito de las DOPs e IGPs incluimos también en este número de ORIGEN una entrevista con Riccardo Deserti, presidente de OriGIn, una organización no gubernamental creada en 2003 a instancias de las principales Indicaciones Geográficas (IG) del mundo. En la actualidad, cerca de 600 IG de 40 países de todo el mundo participan y están representadas directa o indirectamente en esta asociación que seguro jugará un papel en el futuro.
Deserti, director del Consorcio del Parmigiano Reggiano, recuerda a nuestros lectores que lo que todas tienen en común todas las Indicaciones, desde las más pequeñas a las más grandes, es su conexión con su territorio y zona de origen. En comparación con el resto de actividades empresariales, no se puede deslocalizar, una importante limitación que crea sin embargo un vínculo en el que la calidad depende del territorio, lo que genera una oportunidad de crear valor de marca.
Una reciente encuesta de la asociación Origen España (que representa cerca del 90 por 100 del valor económico de las IG españolas) señalaba que dos de cada tres consumidores incluyen productos españoles con sello de calidad en su cesta de la compra semanal.
La Asociación, presidida en la actualidad por Jesús González, presidente a su vez de la IGP Ternera Gallega, y que tiene a Rebeca Vázquez como directora gerente, ha conseguido gracias a su compaña “¡Abre los ojos ¡Disfruta’!”, desarrollada durante los últimos tres años y cofinanciada por la Unión Europea, que aumente el número de consumidores que adquiere semanalmente productos con sellos de calidad, así como el de compradores habituales, diarios y con motivo de las ocasiones especiales.. Datos elocuentes y, sin duda, para sentirse satisfechos.
Entrevistas a 2.000 personas
Son los resultados de entrevistas a unas 2.000 personas de entre 25 y 65 años de edad que se encargan de las compras de sus hogares, con resultados que prueban el impacto positivo de este tipo de publicidad. La muestra recalca que, a la hora de elegir un producto, los compradores valoran la calidad, el precio y la relación entre ambos.
Respecto a los hábitos de compra en relación con los productos con sello de calidad diferenciada, seis de cada diez de los encuestados los consume al menos una vez a la semana y uno de cada diez los adquiere a diario.
Lo más importante de todo es que gran mayoría afirma consumirlos por su calidad y por su origen. Siete de cada diez afirman conocer los productos con DOP e IGP. El objetivo es hacer que el mensaje cale cntre los tres que faltan.
Estoy convencido de que el nuevo Reglamento sobre IGs avalará que estos productos aportan valor a la sociedad, a la economía y al medio ambiente, ya que contribuyen al desarrollo sostenible de los sistemas de producción de alimentos y al fomento de la economía local.. Confiemos en que pueda aprobarse antes de fin de año.