Kike Sierra, empresario hostelero con una dilatada trayectoria, recupera su proyecto más personal, La Flaca. El que fuera su primer restaurante regresa, en la ubicación de Bar Carallo (Serrano 43) , con aires renovados y aúna en un mismo entorno gastronomía y música en directo para disfrutar de la cara más divertida, espontánea y canalla de Madrid desde el mediodía hasta la madrugada.
Bar Carallo evoluciona y cede su espacio a La Flaca, un icono de la noche madrileña. Y es que, años después de su cierre, su precursor, el empresario Kike Sierra, lo hace resurgir en el mismo emplazamiento de la taberna gallega. Pero, al igual que la vida, La Flaca se transforma en Serrano, 43 y une en un mismo espacio el concepto de taberna y verbena: mantiene el espíritu de tasca castiza de cocina española, heredado de Bar Carallo, a lo que suma la música en directo como broche de oro. La versión 2.0. de La Flaca tiene en cada rincón un guiño muy especial a todos esos locales que, de una manera u otra, han contribuido a lo que hoy conocemos como La Flaca: taberna y verbena. Un gesto que se ve en los distintos letreros luminosos con frases célebres, que hacen alusión a anteriores proyectos de Sierra, y en su propuesta gastronómica, que mantiene la esencia más pura de la taberna gallega Bar Carallo.
La Flaca abrió sus puertas en 2016, tras el éxito de su predecesor Mañana no salgo, que rompió los esquemas del sector del ocio nocturno en Madrid. Los mismos pasos siguió La Flaca, que durante años fue el place to be de la capital, reuniendo a toda la flor y nata más joven de la ciudad. Ahora los más nostálgicos pueden volver a caer rendidos a sus encantos. Y es que, en plena ‘milla de oro’, por un beso, daríamos lo que fuera.
Castiza y tradicional
El barrio de Salamanca amplía su oferta de ocio y restauración con este nuevo proyecto de Kike Sierra, que ha sucumbido a lo que su clientela más fiel le pedía desde hace años y al sentir de su corazón. La Flaca es un lugar donde comer bien y pasárselo mejor. Para ello, conserva la excelencia de la cocina de Bar Carallo que deja su impronta en la propuesta gastronómica. Se mantienen platos con gran popularidad, como son el entrecot de vaca rubia gallega a la brasa y patatas; el pulpo a la brasa con patatas revolconas; el mojo canario y Kalamata; el mollete de calamar potera, ralladura de limón y salsa chilli-mayo; el chorizo al inferno o la croqueta de mejillón tigre. El sabor de la cocina más tradicional y castiza.
