La lamprea es uno de los pescados más apreciados y más difíciles de encontrar de la cocina gallega tradicional. Tiene un sabor tan especial que no deja indiferente a nadie. Los restaurantes madrileños OGrelo (Retiro) y ORecanto (San Sebastián de los Reyes), especializados en cocina gallega de alta calidad, dan inicio a la temporada de lamprea, preparaándola de la forma más sabrosa y tradicional: a la bordalesa (en la imagen).
La lamprea es un producto desconocido para muchos por su actual escasez y por su peculiar aspecto. Aunque en Galicia es empleado para elaborar sus platos más tradicionales. Desde enero hasta el inicio de la primavera, las lampreas remontan los ríos desde el mar para reproducirse, momento en el que se produce su captura (la lamprea por excelencia es la del río Miño y, en éste, Arbo es la capital de este producto), pasando a ocupar un puesto estrella en los mejores restaurantes durante las pocas semanas que dura su temporada.
Aunque puede prepararse de diferentes maneras, la más tradicional y con la que se potencia todo su sabor es ‘a la bordelesa’, o ‘estilo Arbo’, un guiso en el que, además de cebolla y vino tinto, el ingrediente fundamental es la propia sangre de la lamprea. En esta receta, la lamprea se sirve acompañada de pan tostado y arroz.
Los restaurantes OGrelo (barrio de El Retiro, en Madrid) y ORecanto (San Sebastián de los Reyes, Madrid), ofrecen a sus clientes los mejores ejemplares capturados en Galicia, dando como resultado un plato “distinto a todo, que no deja indiferente a nadie”, señalan Adolfo y Jaime Escobar, responsables de ambos locales. “Es un plato con mucha personalidad debido a su fuerte sabor, pero que merece la pena degustar por sus especiales características”.
La lamprea es un animal milenario (no ha evolucionado prácticamente en 500 millones de años) que no suele encontrarse en las cartas de muchos restaurantes de Madrid.
En tiempos del Imperio Romano estaba considerado como un alimento exquisito. Referencias históricas hablan de que hace más de 2.000 años las pescaban en el río Miño. Durante la Edad Media, al ser un pescado cuya textura puede asemejarse a la de la carne adquirió gran auge durante la época de Vigilia, en los que el consumo de carne estaba prohibido.