Un escalope Armando convertido en un San Jacobo grueso y jugoso, relleno de queso fundente y en formato burger. Así es el último lanzamiento de Familia La Ancha, un plato de siempre, hecho y servido como nunca para ponerte fino sin remilgos.
Los empanados son la razón de ser de Armando, el escalope enorme y finísimo por el que peregrinan muchos clientes de Familia La Ancha -el primero de ellos el propio Armando que le dio nombre (un cliente insistente con tomar el escalope más fino y grande que pudieran servir)- y que comenzó a llegar a las casas de los comensales y admiradores con la puesta en marcha del servicio de comida a domicilio en 2020. Si el fan no va al escalope, Armando lleva el escalope a casa. Ahora van un paso más allá en lo que a pecar se refiere con La Sanjacoba.
Nino Redruello junto con Manuel Villalba, chef ejecutivo de Familia La Ancha, ha diseñado una hamburguesa que no tiene ni carne roja ni pollo, tiene un jugoso escalope Armando de cerdo, con triple capa y relleno con mucha salsa cheddar, fundente, de la que se derrama al morder. Y, como toda hamburguesa, la Sanjacoba lleva un buen pan brioche, mantecoso pero consistente, lechuga fresca, salsa casera con toques ahumados y chips de bacon. El secreto es su grosor, similar al de la carne de una hamburguesa, y ese empanado fino y crujiente que es firma de la casa Armando.
#SoySanjalover
Hamburguesa y San Jacobo, dos vicios inconfesables que, ahora, Armando mezcla y saca a relucir diciendo sin pudor #SoySanjalover. Confesar #SoySanjalover es pertenecer a una religión en la que se confiesan los pecados más originales y divertidos; hacerlo con ese hashtag en redes sociales mientras disfrutas de La Sanjacoba tendrá premios.
La Sanjacoba está a la venta, al precio de 12,50 euros, tanto en Madrid como en Barcelona, con entrega a domicilio y take away a través de escalopearmando.com y Glovo, sumándose a la carta de Armando con otros hits de la casa como el ya famoso escalope, las croquetas y la tortilla de patatas. La máxima sigue siendo que los platos te lleguen como lo harían a la mesa del restaurante; en el caso de La Sanjacoba, crujiente, calentita y recién hecha.