La periodista gastronómica Cristina Barbero, directora de Ideas Bien Contadas, celebra la efeméride del Día Internacional de la Croqueta, colaborando con Solo de Croquetas, que lanzará el 16 de enero un sabor vinculado a la tradición vasca, el marmitako. El 10% de las ventas totales de Solo de Croquetas de ese día irá destinado a la Fundación ANAR, que ayuda a niños y adolescentes en riesgo y desamparo. En la imagen, Cristina Barbero y Eduardo Gambero, fundador de Solo de Croquetas.
Cada 16 de enero, desde 2015, se celebra en España, y también en muchos países de Latinoamérica, el Día Internacional de la Croqueta. Una efeméride muy popular gracias a la buena aceptación de esta receta entre una amplia mayoría de la población. Todo nació como parte de una campaña de marketing para un restaurante madrileño especializado en croquetas (hoy ya cerrado). El éxito fue inmediato, la campaña se volvió viral y muchos restaurantes se sumaron a la iniciativa, para celebrar con sus clientes una fecha tan particular. El 16 de enero de 2015 se dio el pistoletazo de salida a la celebración de este Día Internacional y cada año se suman nuevas propuestas y recetas de restaurantes en toda España y Latinoamérica, como Puerto Rico, Argentina o Cuba, donde ya es oficial desde el año 2019.
Croqueta de marmitako
Para la celebración de esta nueva edición, la empresa Solo de Croquetas lanzará el próximo 16 de enero un nuevo sabor creado en colaboración con Cristina Barbero. Se trata de la croqueta de marmitako, un guiso marinero muy tradicional del País Vasco, lugar de origen de la periodista gastronómica. Este nuevo sabor de edición limitada estará disponible en los tres restaurantes de la empresa en Madrid y a domicilio en toda España.
Además, la empresa donará el 10% de las ventas que se produzcan el 16 de enero, Día Internacional de la Croqueta, a la Fundación ANAR, que trabaja con niños y adolescentes en riesgo y desamparo. Esta organización sin ánimo de lucro atendió en 2022 cerca de 18.000 casos graves de niños y adolescentes que requirieron orientación psicológica, jurídica o social mediante teléfono o chat por situaciones de riesgo, en algunos casos extremo, como intentos de suicidio, agresiones sexuales, maltrato físico o psicológico o trastornos de salud mental, entre otros motivos.