El beneficio derivado del enoturismo por el precio de las visitas y la venta de vino aumentó un 37% respecto al año anterior. Mientras que los turistas de las bodegas Fillaboa (en la imagen) y Pagos de Araiz fueron en su mayoría nacionales, en Bodegas Murua el 80% procedió de países extranjeros.
Masaveu Bodegas ha incrementado casi un 60% el número de enoturistas en 2023 respecto al año anterior. Este aumento ha supuesto, para el grupo vitivinícola, un beneficio derivado del enoturismo un 37% superior al conseguido el ejercicio anterior, procedente del precio de las visitas y la venta de vino en las diferentes bodegas.
Nacionales e internacionales
Mientras que el número de visitantes en Bodegas Fillaboa, en la DO Rías Baixas y en Bodegas Pagos de Araiz, en la DO Navarra, fue mayoritariamente nacional, al representar el 90% del porcentaje total frente al 10% de visitantes internacionales, en Bodegas Murua, en la DOCa Rioja, la cifra de turistas extranjeros que visitaron la bodega fue del 80%.
Por tipología de visitantes, las parejas y los grupos reducidos de amigos fueron los perfiles que más escapadas realizó a las bodegas de este grupo para disfrutar de su oferta enoturística. “Para esta compañía vitivinícola el enoturismo es una apuesta estratégica. En los últimos años la actividad ha pasado a posicionarse en la estructura como un canal de venta dirigido al cliente final”, afirma Chelo Miñana, directora de enoturismo de Masaveu Bodegas, no sin antes explicar que “el enoturismo supone una proyección de la marca de cara al mercado y la posibilidad de implicarnos en el desarrollo social y económico del territorio donde se encuentra cada bodega. De esta forma, ayudamos a dinamizar la actividad turística, que en estos momentos es una herramienta de vital importancia para la sostenibilidad y el futuro de los entornos rurales, plenamente ligados a la actividad vitivinícola”.
Amplio abanico de actividades
Además de acoger diferentes eventos como la Wine Run Rioja Alavesa, cuyos 2.200 inscritos pudieron cruzar la finca de Bodegas Murua y saborear su vino -vestido para la ocasión con una etiqueta inspirada en el deporte- o colaborar con el torneo Izki Golf, las bodegas ofrecieron un amplio abanico de actividades.
En Bodegas Murua, situada en la villa de Elciego, una de sus ofertas estrella es el wine bar, que puede localizarse en diferentes escenarios, tanto exteriores con vistas a los viñedos como interiores. Además, sus salones cobijan, al igual que ocurre en el resto de las bodegas, obras de artes pertenecientes a Corporación Masaveu, con cuadros que recogen escenas relacionadas con la cultura del vino.
Por su parte, el pazo histórico de Fillaboa, que pertenece a Grandes Pagos de España, oferta una ‘Experiencia Premium’ con la que el enoturista puede realizar un recorrido por el viñedo en todoterreno hasta la parcela de Monte Alto y degustar, en un escenario mágico, el vino elaborado con uvas de este Pago y que lleva su nombre. La experiencia incluye visita a la bodega para conocer en detalle la elaboración de vinos, y una degustación de vinos y aguardientes acompañados de productos gourmet gallegos.
Paseo en bicicleta eléctrica en Olite
En el caso de Pagos de Araiz, ubicada a las afueras de Olite, además de visitar sus instalaciones y las obras de arte propiedad de Corporación Masaveu repartidas por varias de las estancias del edificio, la bodega propone realizar un paseo en bicicleta eléctrica por los viñedos que rodean el edificio. La ruta en bici se complementa con una visita guiada en la que se explica las particularidades de la bodega, alguno de los secretos que los enólogos usan para dar esa personalidad única a los vinos de la bodega y el entorno histórico que rodea los viñedos y la degustación de vinos de alta gama allí elaborados.