La mítica pastelería de La Bisbal (Girona) abrió en 1927, por lo que está muy cerca de ser centenaria. Ahora la tercera generación de Sans pasa el testigo a Oriol Balaguer, quien conservará todos los productos clásicos de Sans – como es el Bisbalenc, así como la Sacher, el Biscuit Glacé, el Trufado de Nueces, el Pastel d Xixona y Chocolate, el Pastel de Queso, los Xuixos de Crema o sus famosos canelones – e incorpora sus productos signature como son sus chocolates, trufas, bollería, hojaldre, el panettone y el pastel 8 texturas-. Todos ellos se elaborarán a diario en el obrador de la tienda.
El prestigioso repostero tarraconense Oriol Balaguer da un nuevo paso en su carrera profesional coge el testigo de la Patisseria Sans, una confitería de 97 años, de origen familiar, ubicada en La Bisbal la capital del Baix Empordà, que ha cedido su legado este mes de mayo, tras tres generaciones de pasteleros y su última propietaria.
Segundo proyecto centenario
Pastisseria Sans es el segundo proyecto centenario de Oriol Balaguer – junto a su pastelería La Duquesita de 1914 en Madrid – y en ella creará una carta en la que apostará por una gastronomía dulce tradicional, elaborada de forma artesanal en el obrador de la tienda, para profundizar en los sabores de siempre. También contará con un espacio de caprichos salados con vinos, quesos y chacinas de la zona.
En la nueva tienda de La Bisbal, Oriol Balaguer ofrecerá algunas de sus propuestas más reconocibles, pero en su carta incluirá nuevos chocolates, bombones, postres, pasteles y una amplia oferta de repostería de temporada, además de conservar todas las referencias más emblemáticas de la actual Sans como es el Bisbalenc, así como la Sacher, el Biscuit Glacé, el Trufado de Nueces, el Pastel de Xixona y Chocolate, el Pastel de Queso, los Xuixos de Crema o sus famosos canelones.
Bisbalenc, un pastel de cuatro texturas
Un postre considerado patrimonio gastronómico del Baix Empordà pero que tiene sus orígenes en este negocio familiar cuando su fundador, Modest Sans, lo creo durante los años 30. Se elabora a partir de una masa de hojaldre, cabello de ángel, piñones y azúcar; y su sabor ha cautivado a grandes genios como Salvador Dalí.