Pep Palau, director del Fòrum Gastronòmic, y Franc Vila, reconocido relojero creador de su propia marca han realizado un speech vinculando ambas disciplinas. Más de 40 comensales han disfrutado de una conference lunch efímera e irrepetible en el Hotel Casa Fuster de Barcelona.
El Barcelona Watch Experience, es un evento internacional de Alta relojería, donde el turismo, la relojería, el lujo, el arte y la gastronomía tienen un lugar privilegiado. En este contexto, una de las actividades más destacadas que se ha desarrollado en el marco de esta I edición del BWE es un press lunch que ha tenido lugar en el restaurante Galaxó del Hotel Casa Fuster*****GL, y que ha vinculado gastronomía y la relojería, en un acción irrepetible que han podido vivir 40 comensales y que lleva por nombre “El Gran Placer”.
La sinergia establecida entre ambas disciplinas ha partido de mano de Pep Palau, que ha empezado su speech poniendo de manifiesto el concepto del tiempo. Un elemento compartido entre ambas disciplinas, que comparten mucho más de lo que en un primer momento pueda parecer. Y es que, para que una comida sea un verdadero placer es necesario disfrutar y saborear no solo el alimento, sino de los tempos: Llegar al restaurante, esperar, ser servido, y finalmente degustar el plato.
La tradición va relacionada entre cocina y relojería. En esta está la base de todo reloj y de toda cocina. Por el mismo motivo que un robot no podría preparar un menú de igual manera que un chef, una máquina no podrá construir jamás un reloj como lo haría un ser humano. La artesanía es otro de los conceptos que han hilado el discurso de ambos maestros de ceremonias. No obstante, la cocina sin innovación moriría y la relojería también. Tal y como ha asegurado Pep Palau: “La clave es avanzar permanentemente sin perder el pasado”.
La selección es un elemento también vinculable. Pues, la elección de ingredientes, como la selección de las piezas es algo imprescindible para que haya calidad tanto en un plato como en un reloj.
Otra coincidencia entre ambos, destacada por Franc Vila al finalizar este singular lunch, es la energía de lo intocable. Un reloj lleva consigo la historia y energía de la persona que lo ha estado llevando durante un largo periodo de tiempo. Por este motivo, el reloj de un antepasado es una joya, no tanto por su valor económico, sino por el sentimental.
Esto es importante, puesto que en la gastronomía sucede algo similar. El olor, el sabor o la textura de un plato pueden evocarte múltiples recuerdos, llevando también impresa la energía o el carácter de la persona que lo ha creado.
Uno de los asistentes que han podido disfrutar de este conference lunch, es Ricardo Rousselot, emblemático calígrafo cuyas obras van a estar expuestas durante este fin de semana en el Hotel Casa Fuster*****GL, con motivo del BWE.
A la cabeza de este proyecto está la productora especializada en proyectos de ciudad, Watch Experience S.L. (2016), liderada por el empresario Gregori Vizcaino. Trabajando junto al emprendedor, hay un comité especializado, formado por profesionales de altísima calidad y experiencia en el sector de la relojería de primer nivel, que se han encargado de asesor al empresario en todo el proceso de selección de los 40 expositores que han exhibido sus productos en el mercado de ocasión, y que de igual manera han prestado soporte en la creación y organización de los seminarios y conferencias especializadas que se desarrollan dentro del marco técnico del acontecimiento.