Fruto del trabajo de Fondo Estudio y Mil Studios, el nuevo restaurante de Grupo Arzábal (Puerta 28 del Estadio Bernabéu) cuenta en su planta principal con 100 plazas con una impresionante vista panorámica del Santiago Bernabéu; una zona de charcutería y mesas altas y una barra gastronómica. La planta baja, presidida por una imponente sala en la que se integra de manera orgánica la cocina abierta, cuenta también con reservados.
Con la misma filosofía e ilusión con la que abrían la taberna Arzábal hace más de 15 años, los chefs Iván Morales y Álvaro Castellanos inauguran el próximo lunes, 20 de enero, un nuevo restaurante en el renovado Estadio Santiago Bernabéu para seguir compartiendo su pasión por la tradición gastronómica a través de productos de máxima calidad. Esta vez, lo hacen bajo el sello de Arzábal Bernabéu, el nuevo local del grupo al que se puede acceder desde la puerta 28 del estadio, desde donde proponen una cocina muy cuidada y que es un homenaje a las tabernas de toda la vida. Todo ello, en uno de los lugares más emblemáticos y con más proyección de la capital.
Dividido en dos plantas
Con 500 m2 y un aforo de en torno a los 160 comensales, el restaurante está dividido en dos plantas: la principal, que acoge una zona de mesas bajas con una impresionante vista panorámica de 50 metros al campo, una zona de charcutería, salazones, encurtidos y laterío con mesas altas y su famosa barra gastronómica; y la planta baja, donde conviven los reservados y una imponente sala que se integra con la cocina abierta, lo que permite disfrutar durante la experiencia del dinamismo y la vitalidad del equipo. Fruto del trabajo del estudio de arquitectura Fondo Estudio y el estudio de diseño e interiorismo Mil Studios, quienes han trabajado de la mano en la construcción de este espacio, en Arzábal Bernabéu se ha apostado por conservar los cimientos y pilares de hormigón de la estructura original del estadio y combinarlos con otros elementos como el mármol o la madera, añadiendo así personalidad, elegancia y calidez al lugar.
Fieles a sus orígenes y a su forma de entender la gastronomía y el disfrute, en la carta de Arzábal Bernabéu destacan elaboraciones muy cuidadas en forma de platos tradicionales actualizados que combinan la esencia de las barras de toda la vida con la alta gastronomía. La experiencia en el restaurante puede comenzar con unos embutidos cortados al momento con una Berkel tradicional de los años 50 o con unos ahumados y salazones; entrantes que ya son un clásico en la cocina arzabalera, como las patatas a la importancia con cigalas; la sartén de huevos de corral con trufa; la oreja crujiente con salsa brava; la ensaladilla rusa tradicional o las croquetas de ibérico con leche de oveja latxa; para seguir con pescados, como el tartar de atún rojo o el rape a la brasa con su pil pil, donde se observa el impecable dominio de la parrilla; y carnes, con opciones como el arroz meloso de rabo de toro y las colmenillas al oporto o la chuleta de vaca rubia gallega. Para terminar, imprescindible su torrija de pan brioche – el postre más icónico de Arzábal – o su tarta cremosa de queso.
Extenso fuera de carta
En Arzábal Bernabéu los amantes de la gastronomía encontrarán un templo en el que rendir culto al producto ya que su oferta gastronómica se ve ampliada con un extenso fuera de carta que va cambiando día a día al ritmo del mercado. Esta temporada destacan platos como los guisantes encebollados y tirabeques salteados con guanciale crujiente y yema de huevo o los puerros confitados, que se terminan a la brasa y se sirven con una deliciosa vinagreta.
Redondea la experiencia su extensa carta de vinos, en la que, con en torno a 600 referencias, brilla con luz propia una amplia selección de Champagnes, y en la que no faltan vinos nacionales e internacionales, espumosos, dulces y generosos. Los vinos también se pueden disfrutar por copas para que no falten razones por las que brindar en cada visita.