Del 4 al 7 de mayo, se celebrará en el Palau Sant Jordi la XXIV edición de BioCultura BCN. Este año, para albergar la máxima cantidad posible de espacio expositivo dentro del recinto, se habilitarán más carpas en espacios exteriores y se organizará todo de una manera diferente a como ha sido habitual en los últimos años. Al poco de abrirse la convocatoria, estaba ya todo el espacio expositivo adjudicado y la lista de espera de empresas que quieren acceder es larguísima. Con todo estos cambios, la feria vuelve a crecer en espacio un 10% y en aforo. En la imagen, un momento del acto de presentación.
La XXIV edición de BioCultura BCN ha sido un éxito absoluto casi antes de empezar. El espacio expositivo se ha otorgado semanas antes de abrir la convocatoria. En opinión de Ángeles Parra, directora de la feria, “esto muestra el gran momento por el que está pasando el sector ecológico en Catalunya y en todo el Estado español. Hemos remodelado la feria para dar cabida al mayor número de empresas y, aún y así, algunas se han quedado fuera y otras no pueden participar con toda la amplitud de espacio con que hubieran deseado”. La feria reunirá a más de 700 expositores y se prevé que la visiten alrededor de 70.000 personas.
Nueva forma de acceder
Los visitantes de BioCultura Barcelona accederán al Palau Sant Jordi por la puerta principal del recinto, situada en Avinguda de l’Estadi. Entrada más grande, más taquillas, más espacio. Aquí los visitantes encontrarán una carpa con todas las propuestas de casa sana y estands dedicados a movilidad, energía, banca ética y comercio justo. El espacio de la exposición comercial se encontrará dividido entre los dos pabellones, tal y como venía siendo habitual. En el pabellón número uno estarán los grandes expositores dedicados a la alimentación y la cosmética ecológica certificada. En el segundo pabellón los asistentes a BioCultura podrán conocer las novedades de moda sostenible, terapias y artesanías. Por último, la zona exterior habitual estará dedicada a las degustaciones y a las empresas de alimentación ecológica que hacen venta directa. Foodtrucks, carpa de restauración ecológica, y pequeñas tiendas de alimentación “eco” y productores harán degustaciones y tendrán a la venta sus productos para deleite de todos los asistentes. En ese espacio exterior, música en vivo durante todo el día amenizará las jornadas.
Tiempos de cambios
Parra añade que “el Palau Sant Jordi se nos está quedando pequeño. Hemos intentado cambiarnos a Fira de Barcelona pero un contrato de una empresa en particular… impide nuestra entrada en Fira de Barcelona, y está ocasionando que toda la industria alimentaria ecológica catalana esté en este momento paralizada en ese aspecto. Hemos hecho todo lo que ha estado en nuestras manos para dar ese paso pero nos hemos encontrado ante un muro impasible. Queremos que el sector sepa que nosotros hemos hecho todo lo posible y lo imposible. Pero hay cosas que no están en nuestras manos. A estas alturas, con todo lo que está cayendo, y con la firme necesidad que tiene el país y el planeta de apostar por la regeneración, no entendemos por qué una empresa puede tener tanto poder para paralizar el crecimiento de una feria que reúne a todo un sector, uno de los sectores más vivos, dinámicos y con más futuro de nuestra eco-nomía. De todas formas, estamos barajando otras opciones que no serían Fira de Barcelona, pero tampoco es tan fácil: los recintos tienen que cumplir una serie de requisitos…”. Parra concluye: “De todas formas, todos los cambios que hemos llevado a cabo dentro del Palau Sant Jordi van a permitir que este año, al menos, puedan venir más personas a gozar de la primavera ‘bio’ barcelonesa y de que más empresas puedan mostrar su producción respetuosa con los consumidores y con el medio ambiente”.
Un sector que explota
El sector se muestra en todo su esplendor. Las cifras que se barajan son todas muy esperanzadoras. España ya no está en la cola del consumo “bio” y ahora es líder mundial de producción y también ha entrado en el top ten del consumo ecológico. Aumentan los establecimientos especializados y las grandes superficies no quieren dejar pasar este tren. Parra señala: “BioCultura es el reflejo de un mercado que se encuentra en una clara expansión. Y no va a dejar de ser así en los próximos años. La gran distribución ha entrado en el sector. A nosotros nos parece bien que el alimento ecológico llegue al mayor número de hogares. Ahora bien, queremos que no se pierda la esencia de nuestro sector y creemos que el comercio ‘bio’ tiene que ir acompañado de ética y justicia social. Cada vez más las grandes superficies quieren estar presentes en BioCultura. Nosotros no podemos impedirlo, porque no somos los jueces que deciden qué es el bien y qué es el mal, pero sí que podemos poner condiciones a su presencia en la feria para que todos tengan el espacio y la presencia que necesitan. Desde el principio, nosotros hemos apoyado a los pequeños productores, a las empresas familiares, a los que siempre han estado en esto luchando con el convencimiento de que un mundo más sano es posible, y no vamos a dejar de hacerlo”.