Con el Pirineo, al norte, y el Mar Mediterráneo, al este, en el corazón de la Costa Brava, hay quien llama a L´Empordá “la Toscana española”. Paisajes únicos, llenos de contrastes y de una hermosura indescriptible salpican toda la comarca catalana. Paisajes que son, además razonablemente productivos con una despensa repleta de verdaderas joyas, algunas de las cuales protagonizan nuestra ruta.
Texto: Beatriz Casares. Fotos: CRDO Empordà y Origen
Tanto es así que los griegos y los romanos fijaron ya su atención en estas tierras, no solo por su belleza sino también por su ubicación estratégica, dejándonos como herencia uno de los asentamientos arquitectónicos históricos más importantes de nuestro país, las ruinas de Empúries.
A esta diversidad hay que sumar uno de los fenómenos más relevantes que se dan en la región, la tramontana. Un viento frío y turbulento del norte, que sopla con frecuencia durante la mitad de los días del año. Por eso, ha sido fuente de inspiración para diferentes creadores. Josep Pla, ilustre escritor ampurdanés, salpica su obra de numerosas referencias a este viento, mientras que Gabriel García Márquez incluye el cuento “La tramontana” en su libro Doce cuentos peregrinos. Y el más glorioso de los genios locales, Salvador Dalí, se inspiró en ella para crear “El Crist de la tramontana”.
Mooma y sus derivados de la manzana
Tanto Alt como Baix Empordà son destinos obligatorios para los amantes de la enogastronomía. Comenzamos nuestra ruta en el Baix Empordà, en el municipio de Palau-sator, donde visitamos Mooma (www.mooma.cat), empresa familiar especializada en la producción de manzanas y productos derivados, además de ser pionera en la elaboración de sidras en la zona. Todos ellos excelentes.
Pau Frigola, tercera generación de esta familia de fruticultores, nos cuenta que fue su abuelo quien comenzó con el proyecto hace más de 50 años, primero vendiendo manzanas al mercado y después, a la cooperativa. “La guerra de precios y la globalización nos hacían imposible competir. Por eso, nos propusimos hacer zumos monovarietales, sidras y otro tipo de productos de proximidad para darnos un valor añadido.” nos cuenta.
Así surge su apuesta por el producto de calidad diferenciada. Cuatro años de investigación, diversos viajes a Asturias, País Vasco, Inglaterra y EEUU para aprender las diferentes técnicas de elaboración, además de la adaptación de sus espacios, han hecho posible el proyecto. En 2015 lanzaron al mercado su primera sidra natural, recibiendo el aplauso por parte del público profesional.
Aceite de oliva Virgen Extra de Ventalló
Aunque de sobra es conocida la fama que precede a los aceites de oliva Virgen Extra de esta región nos dirigimos a la pequeña localidad de Ventalló (Alt Empordá), famosa por sus olivos centenarios. Allí se encuentra Serraferran (www.oliventallo.com), almazara que elabora unos excelentes aceites de oliva Virgen Extra con la variedad autóctona Argudell como principal protagonista. Destacan sus aceites Anna Sala y el reconocido Serraferran.
Fina Sala, descendiente de una familia de agricultores, dirige esta empresa familiar después de tomar el relevo generacional hace unos años. Según nos cuenta, “no veían con buenos ojos que yo quisiera hacerme cargo ya que siempre ha sido un trabajo de hombres”. Pero gracias a su pasión y su duro trabajo ha vuelto a posicionar esta localidad como referente en producción de aceites de calidad. La empresa ofrece asimismo un amplio programa de talleres de cata y rutas a pie o en bicicleta que recorren un enterramiento neolítico, una antigua explotación de arcilla, herencia de los romanos, y unos abrevaderos árabes.
Las ovejas ecológicas de Mas Marcè
Manel Marcè (www.masmarce.com) pertenece a la sexta generación de pastores y hace once años decidió cambiar la línea del negocio familiar para comercializar sus productos. Entre ellos su famoso recuit, una tradicional fórmula elaborada directamente con la flor de cardo como cuajo vegetal y leche de oveja Ripollesa, variedad autóctona en peligro de extinción por la que han decidido apostar fuertemente. Manel destaca que “se trata de una leche excepcional, grasa y proteica, pero cada oveja tan solo produce de 30 a 60 litros anuales frente a los 600 que puede llegar a producir otra de distinta especie”. También producen cordero lechal, destinando la mitad de su producción al Celler de Can Roca, porque los hermanos Roca les han apoyado desde sus inicios. También cuentan con una amplia y variada gama de quesos y yogures.
Su explotación, enteramente ecológica, se distribuye en dos líneas de negocio diferenciadas. Mas Marcé, cuenta con productos elaborados con ovejas Ripollesas, dirigida principalmente a la hostelería. En la misma filosofía está Peralada, otro marca con productos procedentes de otros tipos de oveja con el que quieren llegar a un público más amplio. “Nuestro objetivo –asegura Manel- es que todo el mundo pueda comer ecológico sin un abuso en los precios”.
Un referente de vinos de calidad
Gracias a la labor del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Empordá (www.doemporda.cat), con cuarenta años de historia, se ha consolidado la imagen de los vinos ampurdaneses como vinos de calidad.
Herencia de los griegos tras su paso por la ciudad de Ampúries, han vivido diversas épocas doradas. El monasterio de Sant Pere de Rodes es el referente de una de sus épocas más gloriosas, ya que en el siglo XIV los monjes producían uno de los grandes vinos de la Península. Hoy día esta región revive uno de sus mejores momentos. Muchos jóvenes, atraídos por las raíces de sus antepasados, han decidido abandonar la ciudad y regresar al campo para retomar la labor de sus abuelos. Una generación más formada, competitiva y con una gran pasión, que han devuelto a estos vinos su época de gran esplendor, apostando cada vez más por una producción ecológica, tal como nos revela Josep Serra, presidente de la DO Empordà: “Aspiramos a que en un futuro no muy lejano casi toda nuestra producción sea ecológica”.
Sus viñedos, ubicados en paisajes de gran belleza, bien merecen la pena ser recorridos por cualquier amante del enoturismo. Desde las imponentes vistas de Finca Garbet (www.perelada.com) a orillas del Mediterráneo, joya de la corona de Castillo de Perelada, a los espectaculares viñedos cultivados en terraza de la bodega Hugas de Batlle (www.cellerhugasdebatlle.com), a 400 metros de altura, cuyo difícil acceso todavía los hace más atractivos…
De la recuperación de ánforas de barro de la bodega de Vinyes d´Olivardots (www.olivardots.com) para hacer vino como antaño, hasta La Vinyeta (www.lavinyeta.es) donde, además de vinos, han creado su propio ecosistema para sacar más rentabilidad a la explotación: paneles de abeja para comercializar su miel y asegurar la biodiversidad de la explotación, olivos centenarios principalmente de la variedad Argudell y más de 1.500 gallinas.
Un diverso muestrario que ofrece esta región, gracias a los productores que han sabido combinar sus propuestas con otras actividades de ocio y gastronomía, convirtiendo a L´Empordà en destino de moda, tanto por su tradición milenaria y bellos paisajes como por la variedad de actividades que se proponen al viajero.