En el más reciente proyecto de Borja Cortina, el bartender, y sus socios, se fusiona la gastronomía y los cócteles. La carta, ideada para compartir, lleva la firma del chef Ricardo Sotres e incluye platos tradicionales junto con toques casuales. Además, se destaca la coctelería de influencia internacional, que complementa las propuestas culinarias y se puede disfrutar en cualquier momento del día.
La solera de una casa palaciega asturiana y la cercanía del bar tradicional se dan la mano en El Palace (Plaza del Marqués, 3. Gijón), un espacio “sin etiquetas” que abre sus puertas para convertirse en un lugar de encuentro donde disfrutar durante todo el día, desde el vermú hasta la primera copa de la noche, pasando por el aperitivo, una comida, una cena o un tardeo con música en directo.
Ubicado en el corazón del icónico barrio de Cimadevilla, El Palace ocupa un precioso edificio, junto al Palacio de Revillagigedo (de ahí su nombre), que data del siglo XVIII y en el que anteriormente se encontraban dos referentes gijoneses, que ahora dan paso a esta nueva etapa.
Tras El Palace se encuentran Borja Cortina y sus socios –Guillermo Rodríguez, Rubén Nomparte y José Antonio Cortina- con los que el reconocido bartender comparte otros proyectos como los de la familia “Varsovia”, con coctelerías en Asturias y Valencia así como su catering líquido para eventos, “Varsovia On The Road”, que viaja por todo el país.
El chef de El Retiro de Pancar
El equipo ha confiado la dirección gastronómica de El Palace al reputado chef Ricardo Sotres, que cuenta en su restaurante El Retiro (Pancar, Llanes, Asturias) con una estrella Michelin y dos soles Repsol, y que ha ideado una carta desenfadada que gira en torno a propuestas pensadas para compartir y basadas en la cocina de siempre, aunque también algunas con un twist de modernidad. Además, cabe destacar que es gluten free al 100%, aunque de una forma natural, no imperativa, ya que no cierran las puertas a incorporar otro tipo de recetas.
El interiorismo es obra de Pelayo Pastor. El diseñador de interiores y gráfico e ilustrador asturiano ha generado un ambiente de sofisticada decadencia con un guiño a la Ilustración y al pasado ballenero de Gijón que se refleja en detalles como sus paredes, con un empapelado que recuerda a los clásicos estampados toile de jouy pero con grabados de escenas de pescadores y trabajadores portuarios del siglo XVIII.
La madera y la piedra originales (el edificio está protegido y no se puede –ni se hubiera querido- modificar en su estructura), el mármol, los colores en tonos rojos y verdes, el mobiliario, la iluminación y la distribución en varias plantas dotan a El Palace de una atmósfera sumamente acogedora en la que el tiempo vuela porque uno se encuentra como en casa.
La vida de este palacio out of context y para el que sus creadores reivindican el alma de bar se organiza en torno a sus barras, salones y terrazas (una de ellas con vistas a “Pelayo” y al puerto deportivo y la otra a la Torre del Reloj, del siglo XVI), que permiten que cada persona encuentre su lugar ideal para cada momento del día y con una carta única para todos los rincones del espacio.
Así, uno puede disfrutar de una comida en un reservado con amigos, una cena en pareja, un aperitivo al aire libre con la familia, una primera copa nocturna o unos cócteles a media tarde mientras, además, si es fin de semana, se puede escuchar música en directo.
Las sugerencias de la carta
En la carta conviven clásicos como las Croquetas cremosas de jamón, los Calamares de potera fritos o la Ensaladilla rusa con ventresca de bonito con otros como el Steak tartar de vaca asturiana a las tres mostazas o el Taco de carrillera, mole y cebolla roja encurtida. También destaca el guiño a la tradición con imprescindibles asturianos como la Fabada o los Callos guisados tradicionalmente, además del guiso del día.
No se olvidan en El Palace de los amantes de las propuestas veganas o vegetarianas con una exquisita Flor de alcachofa con vinagreta de piñones y cebollino, la Coliflor frita con romescu o la sorprendente Remolacha en tartar con encurtidos, mostaza y ajoblanco de almendra.
En el apartado de los postres, por supuesto, no podían faltar algunos indispensables de la gastronomía asturiana como el Arroz con leche requemado, la Tarta de queso y frutos rojos, la Tarta de manzana y vainilla o, para los menos golosos, la selección de Quesos artesanos de Asturias. Para acompañar todas estas propuestas, una pequeña y cuidada bodega que incluye denominaciones de origen nacionales y una selección de sidras y champagnes.
Y como no podría ser de otra manera, la coctelería tiene también gran protagonismo y, aunque, claro está, lleva el sello de calidad de Varsovia, aquí el equipo ha decidido apostar por la “coctelería internacional”, es decir, esas mezclas conocidas en todo el mundo tanto con alcohol como SIN y que se adaptan a todos los gustos y momentos.
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