Marcos Tavío, actual referente de la cocina del archipiélago canario, crea Ocho, su nueva propuesta gastronómica. Tras el cierre de su restaurante emblema Aborigen, debido a la crisis sanitaria, inicia un nuevo rumbo hacia un modelo más democrático pero fiel a su filosofía de autenticidad. Ubicado en La Maceta, zona costera rodeada de piscinas naturales perteneciente al municipio de Frontera, la cocina de Ocho tiene como misión recuperar y dar visibilidad a la identidad de los aborígenes canarios.En la imagen, su pulpo con mojo de tamarillo fermentado y papa negra.
En palabras de Marcos Tavio: “Ocho es pasado y futuro; y ambos conceptos se funden en una propuesta diferente e íntima. Mi motor es la curiosidad por lo que me rodea: por lo tangible y por lo que en su día lo fue de forma más latente”.
Tavío construye su cocina en base a sus exploraciones, y se presenta al mundo de forma cercana. Cada plato cuenta una historia y pretende que el comensal la sienta propia. Ocho es un restaurante consciente de su entorno, de su materia prima y sus gentes. Su carta gira en torno al producto local y sostenible. Propuestas como “La experiencia del Gofio”; el Cerdo negro con leche de cabra, mojo de postre y tubérculos del Hierro o el Pulpo con Mojo de tamarillo fermentado y Papa negra, son algunos de los platos de una carta cargada con los sabores de su vida.
Tres experiencias diferentes
Ocho El Hierro presenta una propuesta gastronómica que se desglosa en tres experiencias según el espacio. La principal, más íntima, se desarrolla en el interior del restaurante: cinco mesas al borde de la inmensidad del mar, iluminadas por el sol poniente, en donde se saborea tierra y origen. Aquí el comensal podrá sumergirse en el universo Ocho, estar presente en el proceso de creación y observar el trabajo de los cocineros. Su terraza, espacio más informal, pero perfecto para degustar las creaciones de Tavío en un ambiente de Maresía.. Para terminar o comenzar, la antecámara del restaurante, la vinoteca donde disfrutar de una interesante carta de vinos con diferentes referencias de las islas y variedades autóctonas, así como una selección de quesos de las Islas Canarias.
En definitiva, un espacio al borde de la inmensidad del mar donde cada día al atardecer el restaurante se convierte en un palco sin igual en el que el mar es el escenario y el sol, el protagonista.
