El estudio persigue crear una imagen lo más fiel posible del enoturista en nuestro país y estudiar su evolución. Como en ocasiones anteriores, recoge conclusiones referidas a las motivaciones del viaje; la organización del mismo; los destinos elegidos; el origen, edad y perfil profesional y sociodemográfico del visitante; el nivel de satisfacción o el gasto medio entre otros indicadores. Los resultados son similares a los obtenidos en los informes anteriores, aunque se observan algunas diferencias. Una de las más destacadas puede ser la referida al predominio de la mujer sobre el hombre en los visitantes, algo constatado ya en el estudio anterior. Según los datos recogidos dentro del apartado del gasto (que ha aumentado de nuevo) destaca el porcentaje dedicado a la compra de vino en destino, que ha experimentado un crecimiento superior al 13%.
Según el nuevo informe de ACEVIN-Rutas del Vino de España, la estancia media en las rutas del vino es de 2,19 días (algo mayor a la anterior, de 2,07 días), lo que constata que el enoturismo se sigue comportando como una modalidad turística de escapada, un producto asociado a fines de semana y puentes. También sigue siendo un turismo de proximidad, como arrojan los datos relativos a las pernoctaciones, en donde un 54,40% pernoctan y un 44,60% no lo hacen. Aunque hay un equilibrio en estos porcentajes, es de destacar el aumento en más de un 5% en los turistas que pernoctan.
Los alojamientos hoteleros de calidad media–alta y media, los alojamientos rurales y los apartamentos son los favoritos de los enoturistas. Estos dos últimos continúan ganando peso, con un aumento del 5%. Los hoteles de 5 estrellas también han aumentado en el porcentaje global con respecto a los datos del anterior estudio.
El gasto económico del enoturista vuelve a sobrepasar el nivel de la media del turista nacional o internacional. El gasto medio total diario del enoturista asciende a 144,34 euros, un 7,73% más que el arrojado por el estudio anterior (133,98 euros). Así, si consideramos los 2,19 días de media de duración del viaje, el gasto medio total en un viaje de enoturismo sería de 316,10 euros por persona.
Los principales factores de atracción a una ruta del vino son sus vinos, sus bodegas y su gastronomía. El 37,6% de los encuestados asegura realizar el viaje motivado directamente por la cultura del vino. En general, los resultados en cuanto a las motivaciones que mueven al enoturista son muy similares a los del anterior estudio, aunque vuelve a destacar la gastronomía. Un 49,7% de los encuestados afirman elegir una ruta del vino según su oferta gastronómica. Además, la compra de vino en destino ha experimentado un aumento superior al 13%.
Las conclusiones del nuevo informe resaltan que el enoturismo sigue siendo una modalidad turística que habitualmente se realiza en pareja. Esta forma de viajar ha pasado de representar el 43% al 51%. Junto a ella, los viajes en grupos reducidos de amigos y los viajes en familia son las principales formas de realizar enoturismo.
La demanda es predominantemente española y en el perfil sociodemográfico del visitante encontramos un cambio ya manifestado en las anteriores encuestas, siendo ahora mayor el número de mujeres (53,60%) que de hombres (46,40%), aunque en general, podemos hablar de un equilibrio entre ambos sexos. La franja de edad predominante en este nuevo estudio es la que se sitúa entre los 46 y los 65 años (a diferencia del anterior, que estaba entre los 36 y 45 años) y sigue correspondiendo a personas en activo pero sin tratarse exclusivamente de un público con alto poder adquisitivo. No suelen ser grandes entendidos en vino: un 48,4% se considera aficionado, un 22,8% principiante y un 19,9% apasionado o entusiasta.
Los resultados de este nuevo informe marcan un índice de satisfacción de 8,30 puntos sobre 10, superando al anterior, que era igualmente alto (8,22). Las visitas a bodegas, la hospitalidad y la atención al cliente, la estancia en los alojamientos, la calidad del entorno y el paisaje y la gastronomía son los aspectos más valorados. Así, una vez más, el enoturista se muestra proclive a recomendar las rutas del vino y a volver a hacer un viaje enoturístico, ya sea en el mismo destino o en otro diferente. De hecho, existe un alto grado de repetición en las Rutas del Vino, lo cual está relacionado con la satisfacción con la experiencia vivida. Algunos de los aspectos calificados con menor puntuación en cuanto al índice de satisfacción son los referentes a la señalización y las infraestructuras relacionadas con carreteras y accesos.
El informe completo se puede consultar la web de Rutas del Vino de España www.wineroutesofsapin.com
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