Fera en Palma, liderado por el chef austriaco Simon Petutschnig, evoluciona desde un concepto de cocina mediterránea más amplio, con influencias internacionales, hacia una propuesta enraizada al territorio mallorquín, destacando los productos y productores locales. En la imagen, la entrada del restaurante.
Tras siete años desde la apertura, el chef refleja su conocimiento gastronómico sobre el interior y las costas de la isla, en una nueva propuesta que resalta la herencia culinaria de Mallorca. Un recorrido por sus pueblos, desde el corazón de la ciudad y un compromiso con el entorno natural y agrícola, que se acentúa con la producción propia de vino, aceite de oliva y miel.
El nuevo menú, formado por 10 pases, estará disponible desde el 28 de septiembre para dar a conocer la riqueza de la tierra mallorquina, por un precio de 145 euros, disponible tanto en horario de comida como de cena.
Recetas que reflejan la conexión con campesinos y pueblos de la zona a través de las verduras ecológicas de los huertos locales de Miquel, de Hortus Domi, los quesos de formatgeria Son Jover, la sobrasada de porc negre de Can Company, el atún de Bluefin Baleares o la gamba roja mallorquina, capturada por Vaquero Crespi.
Vinos, aceites y mieles de producción propia emergen en el menú desde la finca de Son Naava, en Montuiri, propiedad del matrimonio Levy -quienes lideran el proyecto junto al chef- y donde se produce en estricto régimen biodinámico desde hace 14 años, certificado con el sello de Biodynamic Federation Demeter International.
El menú toma su nombre “Això és mel” como expresión local que elogia aquellas recetas percibidas como exquisitas y aquellos entornos que resultan reconfortantes. Además, mel, –miel en mallorquín-, cierra el círculo con un postre que integra este ingrediente junto con polen, caramelo y leche.
Fera, ubicado en un antiguo palacete en pleno casco histórico de Palma con un espacio dividido en dos alturas y un jardín interior, inicia una nueva etapa donde el arraigo al territorio se convierte en el epicentro de la propuesta gastronómica y se extiende hacia su interiorismo a través de la conexión con el arte local.
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