Tras dos días defendiendo la recuperación del patrimonio culinario y el papel relevante de la mujer en la evolución de la cocina tradicional, FéminAs ha puesto sobre la mesa en su última jornada la necesidad de mejorar los horarios de la restauración y la problemática de los precios en el sector primario, “que priva de un mayor asentamiento en los pueblos”. En su clausura, FéminAs anuncia localización para la edición de 2022. Se celebrará en el occidente de Asturias, con sede en Cangas del Narcea. En la imagen, la chef colombiana Leonor Espinosa, una de las participantes en el Congreso.
Una veintena de ponencias en cuatro localizaciones diferentes del Centro y el Oriente asturiano, cinco ágapes singulares en cinco restaurantes en los que han participado hasta 20 chefs y más de 50 profesionales, entre ellos algunos “chefs masculinos”, como han llamado a sus colegas las congresistas de FéminAs. Un congreso inédito que ha reivindicado la recuperación de recetas antiguas y la necesidad de salvaguardar el patrimonio culinario, que ha apuntado medidas para asentar la nueva ruralidad y para mejorar la conciliación laboral en la hostelería, techo de cristal para muchas profesionales.
El I Congreso Internacional de Gastronomía, Mujeres y Medio Rural finalizó el pasado miércoles en el Hotel Palacio de Rubianes con la clausura por parte del presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, quien ha incidido en la necesidad por impulsar el trabajo realizado por mujeres y ha agradecido al congreso su apuesta en este sentido, y de Benjamín Lana, presidente de Vocento Gastronomía, quien se ha congratulado por el éxito de la edición al tiempo que anunciaba que la edición del año que viene tendrá lugar en el Occidente de Asturias, con sede en Cangas del Narcea. Eso será FéminAs 2022. FéminAs 2021 finalizaba con una comida-bufet de gala en el restaurante Narbasu del hotel a cargo, por primera vez en el congreso, de cuatro hombres.
Antes, el congreso celebraba su tercera sesión de ponencias centrándose en el papel del liderazgo femenino y en las medidas que puedan beneficiar una mayor visibilización de las mujeres en el mundo profesional. Una de ellas es la de favorecer la conciliación familiar, “algo beneficioso tanto para las madres como para los padres, que se consigue racionalizando los horarios de la restauración”, explicaba Lucía Freitas (A Tafona*, Santiago de Compostela).
Incidían en esta idea las cocineras Pepa Muñoz (El Quenco de Pepa, Madrid) y Susi Díaz (La Finca*, Elche), en una mesa redonda que compartía con Sara Gómez (directora del Proyecto Mujer e Ingeniería de la Real Academia de Ingeniería) y Lourdes Plana (presidenta de la Real Academia de Gastronomía), quien aseguraba que “las empresas que tienen un 50% de mujeres y hombres son las que mejor funcionan”.
Mejores precios para el sector primario
Tres mujeres del sector primario han alzado la voz en FéminAs en defensa de sus profesiones, de su género, del modo de vida rural y del medio ambiente. Eran la ganadera Lucía Velasco, la mariscadora Rita Míguez y la agricultora Eva Sañudo, quienes esgrimían argumentos y demandaban un precio justo para su trabajo. Si no, comentaban, “se acabará el sector primario, y entonces la gente llorará”. Sin precios justos, recordaban, “es imposible retener a la gente en lo rural. Es el principio de la cadena”. La protección del medio ambiente también ha sido reivindicada: “Estamos casi en un punto de no retorno. Actuemos”.
En esta última jornada también participaron Viviana Varese (Viva*, Milán) o Esther Manzano, el 50% de Casa Marcial. La asturiana, también a los manos del restaurante Narbasu donde ha finalizado el evento, ha reivindicado el vínculo rural de su cocina y la apuesta que hizo junto a su hermano desde el principio por cocinar el territorio, “aunque hubo un momento con la eclosión de elBulli que nos preguntamos si hacíamos lo correcto”.
Así finaliza FéminAs 2021
FéminAs, el primer Congreso Internacional de Gastronomía, Mujeres y Medio Rural organizado por Vocento Gastronomía y con el Principado de Asturias como promotor institucional, finaliza con mensajes, peticiones y reivindicaciones e intercambio de pareceres entre mujeres de la gastronomía de todo el mundo. “Un placer conocer nuevos sitios y nuevas cocinas, y encontrar a hermanas como las que hemos encontrado aquí”, comentaba la argentina Narda Lepes.
Lepes, Latin America’s Best Female Chef 2020, ha sido una de las grandes figuras de un congreso que ha emparentado al Club de Guisanderas de Asturias y la Asociación de Cocineras Tradicionales de Oaxaca (galardonada con el Premio Guardianas de la Tradición), dos entidades hermanas a 9.000km de distancia y que ha integrado a productoras, sumilleres, jefas de sala, empresarias y cocineras de todo el mundo. Entre éstas últimas, Leo Espinosa (Leo, Bogotá, Colombia), una de las cocineras más reconocidas de Latinoamérica y que ha oficiado además en una de las cenas del congreso.