Atlántida Annius es un vino tinto innovador que abre una nueva dimensión de vinos tintos no fortificados en el Marco de Jerez. Su autor, Alberto Orte, mezcla distintas variedades autóctonas, recuperadas y plantadas en su viña del Pago de Añina. Orte ha recuperado una rica colección de plantas de genética antigua y variedades autóctonas históricamente presentes en el Marco.
Alberto Orte presenta Atlántida Annius, el vino tinto más completo de sus vinos en la actualidad, expresión de la finca y de la añada. Elaborado con uvas propias autóctonas, recuperadas y cultivadas en las viñas de la propiedad, en el Pago de Añina. Atlántida Annius abre una nueva dimensión de vinos tintos no fortificados en el Marco de Jerez. Las distintas variedades autóctonas de la combinación han sido cuidadosamente seleccionadas para aportar distintos grados de acidez, tanicidad y alcohol, así como un abanico aromático que abarca desde la fruta roja y negra a las especias. El objetivo siempre es sumar capas de complejidad sensorial, característica que define a los grandes vinos del mundo. Tintilla, Vigiriega Negra y Blanca, Palomino Negro, Melonera y otras variedades en menor proporción, donde cada tipo de uva cumple una función específica en este ensamblaje que expresa el pago y la añada con todos sus matices y sin renunciar al frescor.
Alberto comenzó en 2011 un minucioso trabajo de investigación y recuperación de variedades que estaban extintas o al borde de la desaparición en el Marco de Jerez, y tras la realización de microvinificaciones y distintas pruebas de mezcla, sale al mercado la primera añada de Atlántida Annius 2020, tras dos años desde su embotellado.
Para su consecución, se utilizan los mejores suelos, las mejores combinaciones de variedades y la mejor elaboración posible. Es un vino irrepetible porque en él entran en juego muchas variables: la interpretación de la añada por parte del enólogo, el manejo de la viticultura, las variedades utilizadas, el momento de la vendimia… La inspiración de este vino son los grandes vinos del sur de Europa, que rara vez son monovarietales.
En Atlántida Annius tinto se han combinado distintas expresiones buscando una sinergia varietal que trasciende las variedades individuales. Los racimos de las distintas variedades se han co-fermentado juntos, dando como resultado un vino más equilibrado y complejo que si se vinificara cada variedad por separado. La Vigiriega blanca también se emplea en una pequeña proporción. El referente histórico es el propio Rojas Clemente, que alaba la buena mezcla resultante de la Tintilla y de la Vigiriega blanca. En un referente actual, habría un cierto paralelismo con los vinos del Ródano donde se mezclan Syrah (tinta) y Viognier (blanca) o con los vinos de La Rioja, donde es práctica histórica la mezcla con la viura.
El tiempo es el verdadero elemento de crianza empleado. Desde el comienzo de la elaboración se evitan aromas perecederos, y los vinos mantienen durante toda su vida los aromas adquiridos. La crianza purifica los vinos, permitiendo la decantación natural de los coloides, y revelando los aromas primarios en equilibrio con los aromas terciarios. La puesta en la botella es pues un paso natural en el que el vino mantiene su complejidad y evoluciona a un ritmo natural durante toda su vida. Se busca que sea un vino con capacidad de envejecimiento en botella, lo que aumentará su complejidad y finura.
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