En 2020 ve la luz un nuevo proyecto en Sierras de Málaga, con su primera vendimia en 2021, que va más allá de la creación de los vinos dulces. Un proyecto inspirado por la forma de hacer vino de los vignerons franceses, con vinificaciones de mínima intervención, cargado de honestidad y que pretende poner en valor las variedades autóctonas como medio para fomentar el desarrollo sostenible del medio rural, fijando la cultura y sus gentes al territorio de la zona de la Axarquía. Se trata de la Bodega Fabio Coullet.
Viticultura heroica
Con viñedos situados principalmente en la comarca de Almáchar, en las Sierras de Málaga, pleno corazón de La Axarquía
Y es este desnivel el que impide la realización de los trabajos en viña de forma mecanizada y obliga a recurrir a las mulas, animal al que se ha querido homenajear en el etiquetado y logotipo de la bodega, como símbolo del arduo trabajo y tesón que implica el trabajo en esta tierra.
Así, el resultado de la pasión de Fabio Coullet por el terruño y las personas del entorno que trabajaron esa misma tierra, se muestra en el trato que le da al viñedo. Un trato que aplica procesos ecológicos y trabaja desde el respeto hacia la tierra y sus ciclos, escuchando sus necesidades y otorgándole sus tiempos. Consideración que se extiende más allá de la viña y alcanza a la bodega, donde Fabio practica un estilo de vinificación inspirado en los ‘vignerons’ franceses del que destaca fundamentalmente, la mínima intervención en bodega, que busca preservar el legado e identidad de la viticultura practicada desde tiempos inmemoriales en el territorio, aunque aportando un aire nuevo que permita refrescar esta herencia ancestral.
Para la elaboración de sus primeros vinos, Fabio Coullet ha optado por variedades autóctonas, de las que es un fiel defensor y a las que les pone especial atención y mimo, cuidando viña a viña, racimo a racimo y fruto a fruto.
Los tres primeros vinos
De aquí surge su Villazo elaborado con la variedad más representativa del entorno, un 100% Moscatel de Alejandría proveniente de cultivo en vaso y en secano, con una crianza de cuatro meses llevada a cabo en barricas nuevas de roble francés, o su Secuencial, un vino que refleja las características del territorio del que surge, elaborado con Doradilla, Pedro Ximénez y Moscatel de Alejandría.
Aunque como se decía anteriormente, también se busca innovar e investigar, incorporando la Garnacha a esta zona mediterránea, una variedad de uva desprestigiada durante años, que está recuperando su posición y su estatus, como la uva autóctona española que es, para elaborar Ingénito, un 100% Garnacha cultivada en la Axarquía. Una Garnacha fresca y mediterránea que se afina delicadamente en barricas de roble francés.
A estos tres vinos se les unirán en unos meses nuevas referencias de la bodega, que aspira a convertirse en un referente de equilibrio entre tradición e innovación, calidad y respeto por las variedades autóctonas, en la DOP Sierras de Málaga.
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