Bodegas Miradorio presenta sus nuevos apartamentos turísticos, Miradorio Rural, una casa restaurada con dos espacios para disfrutar de Ruiloba (Cantabria), un emplazamiento único que combina el mar con la belleza de las verdes montañas. Como parte de su propuesta de enoturismo, todas las estancias en Miradorio Rural tienen incluída la visita a la Bodegas Miradorio, un proyecto que busca poner en valor la calidad de los productos de Cantabria.
En la localidad de Ruiloba, se ubica Bodegas Miradorio, uno de los pocos proyectos vinícolas que luchan por reivindicar los vinos atlánticos de Cantabria. Ante la creciente demanda de alojamiento desde que iniciaron sus visitas guiadas, la Bodega Miradorio amplía su oferta de enoturismo en una casa de más de 200 años de antigüedad. Situada en la calle mayor de la localidad, con un trazado medieval con encanto, esta antigua casa de piedra y madera se ha recuperado como un símbolo de la arquitectura tradicional.
El edificio alberga dos apartamentos turísticos que llevan el nombre de dos de sus referencias vinícolas: Tussío y Mar de Fondo. En la planta inferior, tras cruzar su típico portal montañés que servía de reunión a los vecinos cuando regresaban de trabajar en el campo, se encuentra Tussío, un apartamento tipo loft de 60 m2. Este alojamiento que cuenta con una habitación, un salón comedor que incluye un cómodo sofá cama con capacidad para dos personas, cocina completamente equipada y baño, se presenta como la elección perfecta para parejas o familias de hasta cuatro personas. El apartamento Tussío cuenta también con un pequeño patio en el que disfrutar del exterior. Al tratarse de una vivienda en planta baja, se presenta como una opción completamente accesible para personas con movilidad reducida.
En el piso superior se sitúa Mar de Fondo, un dúplex pensado para cuatro personas, pero con capacidad para alojar hasta seis. En su planta inferior el apartamento cuenta con una habitación, un baño anexo y un salón comedor –que incluye un amplio sofá cama– que está presidido por una impresionante mesa de madera fabricada de una pieza con un tronco que el mar dejó en la playa. La cocina cuenta con todo lo necesario (lavavajillas, vitrocerámica, horno y nevera) para disfrutar de una estancia tranquila y agradable. Subiendo unas coquetas escaleras se accede a una segunda y cálida habitación con baño en suite desde el que otear el mar a lo lejos.
Tussío y Mar de Fondo huyen del estilo nordico, tan presente en los hoteles y alojamientos turísticos desde hace unos años, para apostar por una decoración handmade con objetos recuperados y que sigue el mismo estilo con el que se decora la Bodegas Miradorio en la que los dueños han puesto todo su cariño. Al hospedarse en Miradorio Rural, los huéspedes no solo disfrutarán de un alojamiento de calidad, sino que también tendrán la oportunidad de sumergirse en el mundo del vino.
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