El bodeguero de Finca La Emperatriz (en la imagen) sustituye a Óscar Tobía al frente de la agrupación. “Estamos en un momento crucial y de cómo nos vaya a las bodegas familiares dependerá el futuro de la región”, afirma el nuevo presidente.
Eduardo Hernáiz, propietario de Bodegas Finca La Emperatriz (Baños de Rioja), es el nuevo presidente de la Asociación de Bodegas Familiares de Rioja por decisión unánime de la asamblea de la agrupación. El mandato se extenderá hasta el año 2020, en una nueva etapa que el propio presidente de las Bodegas Familiares califica de “crucial” ante los rápidos y profundos cambios que se están produciendo en el sector vitivinícola en general y en la Denominación de Origen Calificada (DOCa) Rioja en particular.
Hernáiz sustituye al frente de la asociación a Óscar Tobía, propietario de Bodegas Tobía (Cuzcurrita), quien ha defendido los intereses de la pequeña y mediana bodega familiar durante los últimos ocho años y a quien la junta directiva y la asamblea de la asociación agradecieron su labor, gestión y dedicación en la defensa de los intereses colectivos.
“Las bodegas familiares necesitamos alzar la voz y conseguir la complicidad de las instituciones y de los ciudadanos riojanos en un momento crítico en que los cambios legislativos, las directrices comunitarias tendentes a la liberalización del sector y la presión de los grandes grupos bodegueros nacionales e internacionales amenazan la supervivencia del modelo de la pequeña y mediana empresa familiar de Rioja”, afirma el presidente de la Asociación.
En este sentido, Eduardo Hernáiz recuerda que la libertad en el uso y la coexistencia de marcas comerciales en diferentes zonas vitícolas de España y del mundo, contra la que Bodegas Familiares se opuso rotundamente, abrió un nuevo escenario en el sector que se tradujo en la fuga de inversiones desde Rioja a otras regiones y abrió también la DOCa Rioja al desembarco de grandes grupos vitivinícolas con un único, aunque legítimo, interés económico: “Somos las pequeñas bodegas familiares las que creamos empleo de calidad e indefinido, las que fijamos población en el medio rural, las que cultivamos viñedo propio y las que tenemos todos los huevos en una única cesta, Rioja, por lo que de cómo nos vaya a las bodegas familiares dependerá el futuro de la región ”.
Hernáiz reclama un “mayor apoyo institucional frente a los grandes grupos que ya tienen medios por sí mismos desde hace años”. “Hacemos investigación -explica-, enoturismo, elaboramos vinos de calidad y tenemos que empezar a mostrar que las bodegas familiares somos diferentes y que tenemos un compromiso estratégico con la sostenibilidad y con el territorio”.
La Asociación de Bodegas Familiares afronta esta nueva etapa con cambios también a nivel interno gracias a la incorporación como coordinadora de Ana Jiménez, periodista riojana con una amplia experiencia en gestión, comunicación y marketing digital, que intentará mejorar y fomentar la visibilidad de las Bodegas Familiares de Rioja. Ana Jiménez sustituye en el cargo de coordinadora a María Díaz Navarro, quien, después de una amplia etapa representando a las bodegas familiares emprendió otra etapa profesional en un nuevo proyecto laboral.
Una veintena de viticultores y pequeñas bodegas de Rioja constituyeron en el año 1991 la asociación para defender los intereses del modelo de negocio familiar. Las Bodegas Familiares fueron clave en aquellos años para ocupar un espacio ante los grandes e históricos operadores del sector que nos llevó al Consejo Regulador y al resto de instituciones. En la actualidad, contamos con cuarenta asociados y somos la única agrupación de bodegas familiares con un interés que abarca todo el ámbito geográfico de la DOCa Rioja.