En un solo año, entre 2022 y 2023, los españoles aumentaron en un 32,6% su consumo de este producto saludable, sostenible y, claramente, de moda. Es el fruto seco que más crece en nuestro país, tanto en volumen como en valor. El sector español, que además se consolida como segundo mayor exportador del mundo, solo por detrás de Estados Unidos, reivindica la calidad y sostenibilidad del origen ibérico por medio de la campaña ‘Sustainable EU Almond’.
La almendra europea es todo un fenómeno en nuestro país, y también fuera de nuestras fronteras. De hecho, 2023 fue un año clave para el consumo de almendras en España, que creció un 32,6% respecto al año anterior (desde los 11,1 millones de kg a los 14,7 millones), según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Y una buena parte de ese incremento se debe al producto europeo, un alimento saludable y sostenible con origen ibérico, cultivado en España y Portugal, y que está convirtiéndose rápidamente en tendencia.
En 2023, el valor de mercado de la almendra en España aumentó un 26,6%, hasta los 178,2 millones de euros (140,7 millones en 2022), y el gasto per cápita de los españoles se situó en los 3,81 € (un 25,2% más). Este producto, además, ya representa el 9,2% del volumen total de frutos secos consumidos en nuestro país, así como el 13,5% del valor de mercado de toda la categoría. ¿Y cuál es el perfil mayoritario de su consumidor en España? Parejas con hijos de edad media o mayores, y parejas adultas sin hijos y retirados.
Este auténtico ‘boom’ del consumo doméstico viene a reforzar la campaña de promoción europea, cofinanciada por la UE, que desde el año pasado llevan a cabo la asociación española Spanish Almond Board-Almendrave y la portuguesa CNCFS (Centro Nacional de Competências dos Frutos Secos). Bajo el nombre de ‘Sustainable EU Almond’, esta reivindica el origen ibérico de las almendras, su calidad y su sostenibilidad. La presencia mayoritaria de almendros en régimen de secano en la Península y las variedades propias como guara, belona o avijor-lauranne son algunos de sus rasgos distintivos, con los que se presenta tanto ante el público doméstico como ante el de terceros países europeos, como Francia y Alemania.
Potencia en exportación
La Península Ibérica es un gran exportador de almendras, y España en particular se ha consolidado como segundo en el ranking mundial, solo por detrás de Estados Unidos, con nada menos que un 9% del total global. Sumando las tres presentaciones principales (en grano, tostada y harina de almendra), se exportaron 130,8 millones de kilos, en su mayoría (87%) a otros mercados europeos.
Dos de los más importantes son Francia y Alemania, a los que de hecho también se dirige la campaña ‘Sustainable EU Almond’. Es más, la almendra ibérica ha contado este año con su propio stand en la feria SIAL Paris, el mayor evento del sector alimentario a nivel europeo.
En 2023, Francia importó 30,9 millones de kilos de almendra española, con un énfasis especial en la harina de almendra: hasta 6,4 millones de kilos. Esto representa un 35% del total de exportaciones españolas de esta harina. Y Alemania también figura entre los principales mercados, con 26,1 millones de kilos en total.
Todos estos datos sitúan a la Península Ibérica, y a España en particular, en el epicentro de una de las grandes tendencias alimentarias del momento, porque la almendra europea reúne todas las características que demanda el consumidor actual. Se trata de un producto nutritivo y saludable, rico en grasas cardiosaludables y proteínas vegetales, entre otros beneficios. También de un alimento sostenible, con más de un 80% de sus hectáreas en secano, que sigue el exigente modelo de producción europeo y que aporta recursos a la España Vaciada. Y, sobre todo, de un fruto seco delicioso por sí solo y enormemente versátil en la cocina.