En 2025, la bodega lanzaroteña El Grifo cumplirá 250 años de historia. Hacerlo no ha sido fruto del azar, mucho menos en el llamado ‘viñedo de lo imposible’. Han sido claves las personas, su empeño y el saber que han transmitido generación tras generación. Es decir, ha sido fundamental el legado familiar. Eso precisamente representa el vino Reserva de Familia 2022 (39,20 euros). Elaborado con uvas Syrah procedentes de los viñedos familiares, es un vino tinto de guarda con larga crianza y que, simbólicamente, representa el legado que se atesora generación tras generación.
Precisamente, en la etiqueta se reconoce la palmera que fue testigo silencioso de la historia de El Grifo desde 1750. No resistió al temporal de fuertes vientos y el 17 de julio de 2019 cayó. Dicha palmera se convirtió en un símbolo de la bodega, desde la primera familia, Antonio de Torres y Ribera, y hasta los actuales propietarios, los hermanos Juan José y Fermín Otamendi. Dado que los símbolos son muy importantes, la palmera perdura en la etiqueta de Reserva de Familia 2022.
Vino de guarda con larga crianza
Es un tinto elaborado con uvas Syrah procedentes de los viñedos familiares. Las cepas, que cuentan con 25-30 años de vida llegaron a Lanzarote gracias a la colaboración entre los enólogos de Abadía Retuerta y El Grifo, y están completamente adaptadas al duro clima de Lanzarote, de bajas precipitaciones y alisios continuos. Dicha parcela es visitada de manera continuada por el departamento técnico, que vigila el correcto crecimiento de la vid y las necesidades que aparecen en cada uno de las diferentes etapas del ciclo vegetativo.
Para determinar la fecha exacta en la que será vendimiada, se llevan a cabo controles de maduración de la baya que aportan información relevante de cuál será el potencial enológico de la uva y perfil final del vino. La recolección de la uva se realiza manualmente y es depositada, sin apelmazar, en cajas de vendimia de 15 kg, evitando así que las bayas se rompan y se produzcan fermentaciones espontáneas no deseadas.
Cuando la uva llega a bodega, se despalilla y va directamente a depósito de acero inoxidable, donde se realiza una siembra de levaduras autóctonas, previamente aisladas y duplicadas en las instalaciones de la bodega. En estos depósitos se mantiene con continuos remontados para favorecer la extracción de color. Una vez finalizada la fermentación alcohólica se lleva a barricas nuevas de roble francés de 500 litros para realizar la fermentación maloláctica, y permanecer en ellas al menos un año. Posteriormente se procede a su embotellado donde terminará de reposar otros 12 meses más.
Notas de cata
De color rojo granate intenso, Reserva de Familia 2022 tiene una fase aromática intensa y personal con recuerdos especiados y matices balsámicos. Predomina la fruta negra y los torrefactos. Su paso en boca es sedoso, amable y envolvente de taninos dulces y maduros que arrastran una sensación delicada con acidez equilibrada.
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