Ayer falleció en Madrid, a los 81 años, María Isabel Mijares y García Pelayo, enóloga, sumiller y comunicadora, toda una pionera en el mundo del vino español.
Química de formación, fue la primera directora de una bodega, en el Bierzo, y la primera presidenta de un Consejo Regulador, concretamente el de Valdepeñas. Miembro de la Real Academia de Gastronomía, autora de más de 
una veintena de libros, entusiasta y siempre reivindicativa del papel de la mujer, deja una huella imborrable en el sector y una legión de seguidoras. Del peso creciente de la mujer en la enología y la viticultura españolas, buena parte de culpa la tiene Isabel Mijares.
Mujer pionera
En efecto, ha ejercido, desde los años setenta, como una de las voces más autorizadas de España en el mundo del vino, a lo que ha unido una activa presencia internacional. Pionera por su condición de mujer, esta química en cuyos orígenes se mezclan León y Extremadura, ha desempeñado cargos tan variopintos como la presidencia de un Consejo Regulador, la secretaría general de la Unión Internacional de Enólogos, la vicepresidencia de la Unión Española de Catadores y de la Unión Española de Sumilleres o su activa presencia en la Federación Internacional de Periodistas y Escritores del Vino, además de haber puesto en marcha a lo largo de los años iniciativas editoriales.
También ha asesorado, de la mano de la ONU, multitud de proyectos vitivinícolas por todo el mundo. Y como siempre ha creído que el vino debe ir siempre de la mano de la cocina, forma parte de la Real Academia Española de Gastronomía.
ORIGEN ha tenido la suerte de seguir la actividad de Isabel Mijares durante todos estos años. En una ocasión la convertimos también en la protagonista de nuestra entrevista de fondo donde nos mostró toda su pasión vitivinícola y dejó mensajes tan actuales como que “el viticultor es la base de nuestro sector, el principal protagonista: sólo la austeridad y el amor a la tierra de nuestros agricultores permite que el mercado del vino siga en pie”.
Recordó su infancia alrededor de las recetas de la dehesa extremeña y también la cocina castellana que preparaba su abuela paterna y como “de pequeña, tomaba algún vino dulce cuando volvía del colegio o aquellas botellas especiales que se abrían en determinadas fiestas”. También su época de colaboración en Burdeos con el profesor Emile Peynaud, autoridad mundial del vino, quien le dijo que los españoles tenían unos excelentes vinos pero que los trataban como si fueran vulgares.
Abierta a la comprensión de cualquier vino
No soportaba los “vinos de moda, los toscos no los que parecen hechos en laboratorio” y nos contó asimismo que “lo importante es estar abierto a la comprensión de cualquier vino del mundo. Porque lo diferencian, por este orden, el clima, la composición de la tierra, las variedades y la mano del hombre y la tecnología, que es universal”.
Hedonista extraordinaria, nos gustaría despedir a Isabel Mijares compartiendo su momento gastronómico favorito que nos reveló entonces: “Un buen jamón de bellota con un Fino o una receta de Cordero de Extremadura, acompañados de un vino de la tierra, que los hay espléndidos. Pero también podría tomarme un asado castellano con un Cigales, un Bierzo o un Ribera. Me gustan vinos de toda España y los tomo dependiendo de con qué y con quién”. Desde ORIGEN, transmitimos nuestras condolencias a su familia y amigos.
