La Denominación de Origen Protegida altoaragonesa ha recogido más de 21 millones de kilos de uva excelente tanto en términos de calidad como de cantidad.
Somontano ha concluido la vendimia con la recogida de 21.052.486 kilos de uva, más del 38% que la cifra total del año pasado que fue una de las vendimias más cortas de los últimos años de la denominación, con la entrada en bodega de los últimos racimos de la variedad blanca Riesling destinada a un vino dulce de “vendimia tardía”, vino para el que la uva se recoge cuando la maduración está llegando a su última fase de forma que los granos cuentan con mayor cantidad de azúcar, aspecto esencial en este tipo de vinos.
En ese sentido, no es que la vendimia haya sido más larga en el tiempo sino que, al igual que otros años, la mayor parte se recogía hasta mediados de octubre quedando, desde entonces hasta hace pocos días, pequeñas parcelas de variedades como Cabernet Sauvignon, Garnacha, Moristel o Parraleta que son las últimas en culminar su maduración y la Riesling destinada a un vino dulce de vendimia tardía.
Concluida la campaña, la vendimia 2021 destaca, a nivel histórico, tanto en la cantidad, siendo la más cuantitativa de la última década al superar la de 2019 cuando se recogieron 21.041.993 kilos, como en la calidad ya que tanto la denominación de origen como las bodegas destacan que es una de la mejores de los últimos diez años.
21 millones de kilos de excelentes uvas
De los más de ventiún millones de kilos de uva vendimiados con un rendimiento medio de 5.835 kilos por hectárea, por variedades de uva, más del 68% del total ha sido de uvas tintas y más del 31% restante, de blancas. Por cantidad recogida, de mayor a menor cantidad, el orden lo lidera, con el 21,61% del total la uva Cabernet Sauvignon. Tras ella, el 21,09 por 100 correspondió a Merlot, el 19,20 por 100 a Chardonnay. En menores proporciones, se vendimiaron, por este orden, Tempranillo, Syrah, Garnacha tinta, Gewürztraminer, Sauvignon Blanc, Macabeo, Moristel, Riesling, Garnacha blanca, Pinot Noir, Parraleta y Alcañón.
El año climatológico, clave de esta gran vendimia
La gran vendimia de este año ha sido fruto de un año climatológicamente favorable que ha estado marcado por una muy buena primavera. La vendimia comenzó el pasado 17 de agosto, tras un verano seco con escasez de lluvias y con temperaturas máximas durante el día de 35ºC (con la excepción de cuatro días que superaron los 40ºC) y noches especialmente frescas.
El día 1 de septiembre, con la vendimia iniciada, se produjeron las precipitaciones más importantes del verano, aportándole al viñedo de secano la cantidad de agua necesaria para poder completar el ciclo de la baya y, por lo tanto, finalizar la maduración de una forma completa. La campaña continuó, de forma generalizada, desde esos primeros días de septiembre hasta concluir el pasado día 10.
Cada variedad de uva se ha recogido en su momento óptimo de maduración para cada tipo de elaboración al que se destina, clave fundamental para elaborar vinos de calidad. A ello hay que sumar el buen estado sanitario que ha tenido la uva, fruto de la buena climatología registrada durante todo el año. Ambas variables han sido esenciales para la paulatina, progresiva y buena sucesión de las fases del ciclo vegetativo de las vides.