Con más de dos décadas de experiencia y ubicado en un auténtico rincón madrileño, Jacinta ofrece una propuesta gastronómica en la que predominan los platos más icónicos de la cocina de Madrid elaborados caseramente, con esmero y con ingredientes de primera calidad. Entre las especialidades más destacadas se encuentran el guiso de rabo de toro, los típicos callos a la madrileña y los huevos rotos con jamón, recetas tradicionales que se pueden disfrutar en su amplia terraza o en su renovado salón interior en horario ininterrumpido desde el mediodía a la cena.
En el número cuatro de la Plaza Mayor de Madrid, junto a la puerta que da paso a la calle Toledo, se encuentra Jacinta, un restaurante con toda la esencia del Madrid más auténtico y que hace homenaje a la gastronomía local. Ubicado en un edificio cuya fecha de construcción data del 1818, este establecimiento, bajo los soportales de la Plaza Mayor, cuenta con más de 20 años de historia y en la actualidad es la segunda generación de los propietarios la que se encuentra al frente. Jaime García, amante de la hostelería desde pequeño pero dedicado profesionalmente a las finanzas, se hace con las riendas del restaurante en 2020 cuando llega el momento de la jubilación de su padre , Juan Carlos García.
Jacinta despliega todos los días del año –y en horario ininterrumpido desde el mediodía hasta la cena– sus mesas y manteles en su magnífica terraza (con capacidad para más de 80 personas) en la Plaza Mayor, siendo la posibilidad de comer o cenar disfrutando de su emplazamiento uno de sus grandes atractivos. Además, también cuenta con un salón interior con capacidad para 60 comensales, un espacio que se encuentra en la planta sótano que ha sido actualizado y renovado, pero conservando su impronta de edificio centenario y sus representativos muros de ladrillo. Este espacio está especialmente diseñado y acondicionado para acoger reservas de grupos y celebraciones de eventos tanto privados como de empresa.
Recetas de toda la vida
La base de la cocina es una propuesta tradicional, castiza, hecha en casa con mimo y cariño y, muy importante, empleando productos de primera calidad. De hecho, el propio nombre de Jacinta quiere rendir homenaje a las cocineras de toda la vida, las que han aprendido a ejecutar sus recetas tradicionales transmitiendo su conocimiento de generación en generación. Así, los platos de este restaurante siguen el recetario típico de Madrid, entre los que no faltan nombres como las Gambas al ajillo; las Croquetas cremosas de jamón ibérico o boletus; los Callos a la madrileña; los Calamares a la andaluza, los Huevos rotos con jamón o los Pimientos asados en casa con ventresca, aguacate y huevo duro. Jacinta también cuenta, además de las raciones y el pescadito frito, con una propuesta de carnes y pescados en la que destacan su Rabo de toro, su plato estrella y uno de los favoritos de su clientela que se realiza siguiendo paso a paso la receta familiar, y la Lubina a la bilbaína. Este restaurante cuenta además con diversas opciones para los niños, con deliciosas propuestas como su Albóndigas caseras en salsa con patatas fritas.
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