La Asociación de Salinas Marinas (Salimar) ha cumplido su segundo año de andadura con el propósito de sentar las bases para convertirse en una entidad de referencia para el sector en Europa, ya que las principales cuestiones que pueden afectar al futuro de la sal marina se debaten a nivel europeo, como es el caso de la implantación del etiquetado nutricional frontal o una futura legislación en materia de microplásticos. En la imagen, las salinas de San Pedro del Pinatar (Murcia).
Este objetivo sigue en la línea que Salimar ha iniciado con su activa participación en el proceso de definición de las normas de producción admitidas en el nuevo Reglamento Europeo de producción y etiquetado de productos ecológicos. “Esto se ha concretado en una estrecha colaboración con el Ministerio de Agricultura para defender un planteamiento coherente de la sal ecológica con el espíritu de esta regulación”, según explican desde la asociación.
Novedad: Sello de sal marina
Entre las acciones emprendidas por Salimar durante estos dos años destaca la puesta en marcha de un referencial que reúne a las salinas que producen 100 % sal marina y que, mediante un sello impreso en sus productos, permitirá a los/as consumidores/as su identificación. En el desarrollo del mismo se ha contado con AENOR (Asociación Española de Normalización y Certificación) y ya se han comenzado las primeras auditorías para la adhesión de productores a esta iniciativa.
Uno de los hitos más importantes en el segundo aniversario de Salimar ha sido la superación de la crisis por covid-19 que, para las empresas asociadas, “ha sido una oportunidad para reforzar la imagen de la sal marina como opción preferente de consumo para industrias y particulares frente a otras sales en momentos en los que la demanda general baja”, afirman.
Uno de los retos fundamentales que se le plantea a esta asociación es la lucha contra el estereotipo de la sal como un producto nocivo. Por eso, la labor divulgativa es fundamental para esta agrupación, que recuerda que la sal marina es un nutriente esencial para el organismo siempre que se consume siguiendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias. “Además, gracias a su versatilidad, con más de 14.000 usos distintos, es clave para numerosos procesos productivos”, matizan.
Asimismo, desde Salimar se quiere seguir incidiendo en el papel de las salinas marinas como generadores de ecosistema y reservorios de biodiversidad, siendo espacios naturales protegidos que son refugio para varias especies de aves en peligro de extinción. La industria salinera ejemplifica una relación simbiótica con el entorno, ya que estos humedales son el hogar de numerosas especies de peces y plantas, entre otras. A su vez, su presencia favorece una producción de sal sostenible y en armonía con la naturaleza.