Hay a quien le encanta por su corteza dorada y crujiente y a quien por su miga esponjosa. Si en algo coinciden los franceses es en que la baguette es su pan favorito. De hecho, la baguette está tan arraigada al estilo de vida del país que acaba de ser designada por la Unesco Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Para celebrar este éxito universal del icono de la gastronomía francesa, Google Arts & Culture ha trabajado con la Confédération Nationale de la Boulangerie-Pâtisserie Française, la Société nationale des Meilleurs Ouvriers de France, Le MUCEM y Intercéréales, entre otros socios, para dar a conocer por qué la baguette se ha convertido en uno de los símbolos más conocidos de Francia, cómo es su auténtico proceso de elaboración y el legado que deja generación tras generación.
El proyecto La Baguette, la primera exposición digital dedicada a la gastronomía francesa en la plataforma de Google Arts and Culture, celebra el arte y la historia del pan y la industria de los cereales. Una recopilación de más de 2000 imágenes -incluidas obras de realidad aumentada- y 75 historias, en el que han participado panaderos y artesanos franceses, expertos gastronómicos e historiadores.
Exposiciones interactivas e inmersivas
Entre las exposiciones temáticas que forman parte de la colección se encuentran consejos para reconocer una buena baguette, información sobre el pan de la cultura popular, recetas con cero residuos, un recorrido por los panes de Francia y del mundo, podrás conocer también la baguette tradicional francesa y descubrir más acerca del concurso nacional de la mejor baguette tradicional francesa.
Por otro lado, las obras de arte llegan a tu casa en realidad aumentada, ya que la tecnología de la herramienta digital Art Project permite insertar en un espacio obras de tamaño real que forman parte de una de las colecciones del proyecto. Entre ellas, Les Pains de Pablo Picasso, The Siesta de Vincent van Gogh o Les Meules de Claude Monet.
Además, esta iniciativa incluye el juego «Baguette Sprint» para aprender más de forma lúdica y con el que se recorrerán diferentes regiones de Francia para recoger los ingredientes para hacer la baguette perfecta.
Aquí tienes cinco pinceladas sobre la baguette:
A día de hoy, el origen de la baguette sigue siendo un misterio. ¿Se inventó para que las tropas de Napoleón pudieran llevar pan fácilmente en los bolsillos a los campos de batalla? ¿O se le dio esa forma para que fuera sencillo partir el pan con la mano, para evitar peleas a navajazos entre los trabajadores del metro? Sus orígenes siguen siendo objeto de debate. En lo que sí coinciden las personas expertas es que la baguette empezó a conquistar a los parisinos en el siglo XX. Más tarde traspasó las fronteras hasta convertirse en todo un icono de la cultura francesa.
El 92% de los franceses consideran que el pan es un elemento indispensable en todas las comidas. No es ninguna sorpresa, ya que en Francia alrededor de 12 millones de personas acuden cada día a una panadería y seis mil millones de baguettes se producen cada año en Francia.
El sector panadero necesita una fuerza de trabajo considerable. De hecho, atraer y formar a jóvenes panaderos puede ser todo un desafío. En 1970 había 55.000 panaderías; actualmente, esta cifra se ha reducido a 35.000, lo que supone un descenso del 36% en 50 años. El problema es que las panaderías no son solo puestos de trabajo, sino que son una institución muy importante en muchas zonas en donde son el único comercio local.
La baguette tradicional se elabora únicamente con harina, agua, sal y levadura. Es un básico que se puede consumir a cualquier hora del día y, de hecho, podemos encontrarlo en múltiples y diversas situaciones: desde la mesa del Presidente de la República en el Palacio del Elíseo hasta la merienda de los escolares. Sin embargo, el sabor de una buena baguette es una constante, gracias a la experiencia de los agricultores que cultivan el trigo y los molineros que los muelen, que son quienes están detrás del ingrediente principal.
5.Premios y galardones
El savoir faire, el buen hacer de los artesanos que han perfeccionado la baguette generación tras generación se celebra en competiciones como el prestigioso Concurso Nacional de la Mejor Baguette de Tradición Francesa. La tradición dicta que sea el ganador quien hornee las baguettes para el Elíseo. Cada cuatro años, los mejores panaderos se presentan a otro concurso que otorga el máximo reconocimiento del oficio: el Meilleur ouvrier de France. Se trata de un título de enorme prestigio y los aspirantes dedican años a depurar su técnica. Si estás pensando en competir, aquí tienes una guía para darle forma a tu propia baguette.
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