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La firma chocolatera Trapa, en pleno proceso de expansión

La firma chocolatera española, inmersa desde 2013 en un proceso de renovación y modernización, ha aumentado su facturación un 50% respecto al ejercicio anterior y sus ventas han crecido un 44% dentro del territorio nacional y un 58% en exportación. Presente ya en más de 50 países, sus principales mercados fuera de España son Asia y Oriente Medio. En los últimos cinco años Trapa ha invertido más de 30 millones de euros en industria e innovación y durante el próximo lustro prevé destinar unos 10 millones de euros a I+D+i. En la imagen, la tienda de Trapa en Palencia.

Trapa, una empresa pionera y con ADN 100% español, es hoy en día una de las firmas chocolateras más reconocidas y queridas de nuestro país. Fue fundada en 1891 por los monjes trapenses del monasterio de San Isidro de Dueñas (Palencia) y responsable, en los años 60, de los primeros bombones que se fabricaron en España. En 2013, fue adquirida por el Grupo Europraline y, desde entonces, ha seguido un nuevo rumbo marcado por tres pilares fundamentales –innovación, estilo y conciencia social y medioambiental- y por una fuerte inversión –más de 30 millones de euros hasta el momento- en equipo, industria e I+D+i.

Durante los cincos últimos años, la empresa ha crecido ejercicio tras ejercicio hasta casi multiplicar por seis su volumen de facturación. En 2013 la cifra de ventas fue de 2,3 millones de euros mientras que en 2018 alcanzó los 12 millones de euros de facturación, lo que supone un aumento del 50% respecto a 2017. El aumento de ventas durante el pasado año ha sido de un 44% dentro del territorio nacional y de un 58% fuera de nuestras fronteras, donde cuenta ya con presencia en más de 50 países siendo Asia y Oriente Medio sus principales mercados en la actualidad.

Estas cifras de éxito se deben a la inversión realizada por la empresa, que ha visto crecer su plantilla hasta alcanzar los 150 trabajadores fijos (más del doble de los que había en 2012) y mejorar sus procesos e instalaciones, hoy más eficientes y sostenibles. La fábrica, inaugurada en 1964, se ha ampliado y modernizado en los últimos tiempos y su porfolio, con cerca de 300 referencias, responde a nuevas formulaciones, inspiradas en la artesanía y el savoir faire de los 128 años de historia de la marca pero adaptadas a las demandas del consumidor actual.

Diseño, sabor y sostenibilidad son los puntos en común de una gama de productos 100% libres de gluten, grasas hidrogenadas y ácidos grasos trans, entre los que destacan sus bombones cortados (que fueron los primeros bombones que se elaboraron en España, en 1969), los Bombonísimos (sin aceite de palma y de un gramaje superior al del clásico bombón belga), sus tabletas de chocolates con Stevia, sus bombones sin azúcar y sin grasa de palma, su chocolate en polvo (que se presenta en una lata gourmet de diseño vintage), la gama de tabletas Intenso y las gamas TrapaKids y Trapamilk (también sin aceite de palma), especialmente pensadas para los más pequeños de la casa.

Desde la empresa, que cuenta además con una red propia de más de 120 distribuidores en España y una moderna tienda on line, aseguran, «hemos conseguido ser la empresa chocolatera más moderna de España y la cuarta de Europa y nuestro objetivo a corto plazo es ser un referente en la industria». Es por ello que, anuncian, «tenemos previsto invertir unos 10 millones de euros en I+D+i en planes a cinco años».

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