Un chef acreditado, Miguel Ángel Mateos, con más de dos décadas de experiencia, y María Lucas, emprendedora e influencer agroalimentaria, de formación bióloga, están detrás del proyecto de La Lucastería, delicadas tartas de queso que, elaboradas en la localidad de Navalcarnero, en el sur de la Comunidad de Madrid, se distribuyen por otros puntos de la región y están causando furor entre los aficionados a la dulcería premium. La inquieta María nos cuenta cómo han llegado hasta aquí.
¿Cuáles fueron los dulces favoritos de tu (vuestra) infancia?
Mi niñez está vinculada a una repostería de origen. Mi abuela preparaba en casa empanadillas
¿Cuál es la génesis del proyecto?
Desde niña me gustaba la cocina. Pasaba horas viendo a mi abuela pelar patatas, bolear croquetas o cocinar a fuego lento. Disfrutaba muchísimo de esos momentos en los que la prisa no existía y las conversaciones fluían entre los fogones. La cocina es un laboratorio donde se aplica el método científico cada día: ensayo – error y prueba tras prueba hasta dar con el acierto. Hace muchos años descubrí que la repostería me servía para desconectar, para experimentar, para buscar nuevos retos y, por qué no decirlo, para disfrutar. Soy golosa. Mucho .Los flechazos también pueden ser laborales y una mañana de marzo yo tuve uno. Me reuní con Miguel Ángel Mateos. Cocinero de profesión, navarro de nacimiento y madrileño de adopción. La vida es química, y entre nosotros hay mucha. Nosotros lo llamamos sinergia. Cuando se junta la locura con la experiencia el resultado es magia. Miguel Ángel tiene la habilidad de convertir cualquier cosa imposible en algo sencillo; casi de “receta de veinte minutos para aficionados». Una mañana le dije “Mateos, te he apuntado al Concurso de la Mejor Tarta de Queso de Madrid, tienes que elaborarla con productos ecológicos madrileños y, además, tienes que ganar. No me vale con un diploma de participante”. Y lo hizo. Quedamos segundos a pesar de la falta de tiempo (el concurso era dos semanas después de realizar la inscripción), y la limitación de los alimentos por su peculiaridad de ser ecológicos. Hay menos variedad en el mercado. Pero con Miguel Ángel es así de fácil. Desde ese momento pusimos el foco en la tarta de queso, en cómo está presente en la mayoría de los restaurantes de la capital y en cómo tiene nuevos fans a diario. Lo vimos claro. Era el momento de vender la nuestra.
¿Qué formatos y variedades de tartas ofrecéis?
Buscamos adaptarnos a la demanda de los consumidores y los formatos están pensados en momentos de consumo. Cada ocasión es diferente. En la actualidad tenemos Las Lucatinas, unas mini-tartas en formato individual perfectas para disfrutar en cualquier momento y degustar distintas combinaciones en un solo bocado. Puedes llevarlas a la oficina, a una merienda con amigos o para comer de postre en casa. ¿Tienes antojo de tarta y este formato no es el tuyo? Te recomendamos nuestra tarta en caja de madera de 13 cm. Perfecta para compartir en pareja o un par de amigos. ¡Es un capricho! Para reuniones familiares o eventos donde se juntan varias personas tenemos el formato grande. Una tarta de queso de 22 cm de diámetro. Esta tarta es para unos diez comensales, ¡aunque esto depende del tamaño de las porciones y las veces que repita cada persona! De igual forma estamos abiertos a sugerencias y propuestas de formatos y sabores.
¿Elaboraréis productos vinculados con Navalcarnero y alrededores?
Sí. Nuestras tartas son kilómetro cero por convicción y, por qué no decirlo, el origen de este proyecto está en el territorio. Queremos tener una oferta variada que cambie por estaciones y festividades donde siempre seamos capaces de sorprender. El factor sorpresa también está en el producto. Hay muchos madrileños que no saben aún la riqueza gastronómica que tienen al lado. Añadir alimentos nativos ayuda a conservar y respetar la identidad del producto final.
¿Cuál será vuestra singularidad en un mundo tan atiborrado de propuestas como el de las tartas de queso?
Nuestra tarta tiene tres atributos: es suave, fluida y cremosa. Y además, hay mucho Madrid en ella
¿Cuál es vuestra estrategia de distribución?
Nosotros repartimos directamente nuestras tartas al cliente final. A día de hoy somos Miguel Ángel y yo las personas que estamos detrás de La Lucastería. Nosotros elaboramos las tartas, hablamos con el cliente, gestionamos nuestra comunicación online y repartimos las tartas personalmente. Y, como no, también somos nosotros los que limpiamos y ponemos en orden el obrador tras la jornada de trabajo. Ahora repartimos solo en Navalcarnero y Boadilla del Monte, aunque también el cliente puede venir a recogerlas al obrador. Nuestra idea es ampliar el área de distribución. Nuestra estrategia de marketing está centrada en las redes sociales, principalmente en Instagram. Whatsapp también representa un canal importante de comunicación con los clientes. En el futuro nos gustaría tener una plataforma de venta online y, como no, un establecimiento físico de venta directa al público.
Al margen de la propuesta online, ¿dónde se podrán adquirir o tomar físicamente los productos de La Lucastería?
¿Qué sitio es más cómodo que el salón de tu casa? De momento no tenemos acceso a locales de venta o degustación. Pero estamos trabajando en ello.
¿Qué otros dulces podrían formar parte de vuestra portfolio en el futuro?
En La Lucasteria, después de las tartas de queso, tenemos una pasión especial por las masas levadas. ¡Hay mucha magia en las levaduras! Muy posiblemente, sean los siguientes productos que vean laluz, pero eso es otro paso.
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