Con la llegada del frío, la tradición del aperitivo cobra más protagonismo que nunca en la centenaria tienda (Carrera de San Jerónimo, 8. Madrid), donde se puede disfrutar de delicias como su famoso consomé, de los hojaldres recién hechos acompañados de una copa de vino o de los dulces más exquisitos. Como novedad, algunos de los platos más emblemáticos del restaurante, como los callos de Lhardy, el pâté en croûte o su mítico cocido, se pueden pedir por encargo para disfrutarlos también desde casa. ·Además, en la tienda del legendario Lhardy, fundado en 1839, se pueden adquirir diferentes productos gourmet, como mermeladas caseras, turrones, aceite de oliva virgen extra, vinos y destilados, como la ginebra Lhardy Dry Gin.
La magia que envuelve desde hace casi 200 años a la tienda de Lhardy, situada a pie de calle en la Carrera de San Jerónimo, no se puede describir solo con palabras. Siendo el origen de lo que más tarde daría paso a uno de los restaurantes con más historia de España, esta tienda ha sido durante casi dos siglos el escenario perfecto para disfrutar de una ceremonia de aperitivo única que puede comenzar al calor de un consomé servido directamente de su samovar, acompañado de unas deliciosas croquetas de cocido o de unos hojaldres salados, que se encuentran cobijados en un singular croquetero de plata para conservar la temperatura perfecta.
Un ritual en torno al consomé
Además del ritual en torno a su icónico consomé, que mantiene la receta original que Emilio Lhardy trajo de Francia en 1837, y a la que se le puede dar un toque único a través de una chispa de vinos de Jerez, en la tienda de Lhardy pueden encontrarse – a lo largo de los dos mostradores de mármol enfrentados –, una fina pastelería de inspiración francesa y otras especialidades de la casa pensadas para consumir al momento, como el salmón ahumado de Pescaderías Coruñesas con huevo hilado, las ostras Spéciales de Claire, el salpicón de marisco o los boquerones en vinagre, entre otras.
Como novedad, para llevar la magia y los sabores de este templo de la alta gastronomía a los hogares madrileños, Lhardy acaba de incorporar la posibilidad de pedir a domicilio – o recoger en la propia tienda – algunos de los platos más emblemáticos del restaurante, como los callos de Lhardy, el pâté en croûte, el solomillo Wellington con patatas a la inglesa, el lenguado Evaristo al Champagne o su mítico cocido Lhardy, entre otros. Además, en este ilustre espacio también se pueden adquirir diferentes productos gourmet, como mermeladas caseras, turrones, aceite de oliva virgen extra, vinos y destilados, como la ginebra Lhardy Dry Gin.
Un viaje a través del tiempo
En definitiva, entrar en la tienda de Lhardy es viajar en el tiempo y revivir con más intensidad que nunca los pequeños y grandes placeres de la gastronomía a través de productos y elaboraciones clásicas de la mayor calidad. Y es que, en este espacio, que tras más de 180 años brilla más que nunca tras una cuidada restauración, se puede disfrutar de una experiencia gastronómica de altura en la que se recupera lo mejor de la esencia de estos dos últimos siglos. Además, estas Navidades, gracias a su propuesta de ‘take away’ y de delivery, Lhardy se presenta como una opción imprescindible para rendir homenaje a los grandes clásicos de la gastronomía también desde casa.