En 2019 conocíamos el proyecto Enjoy European Quality Food de la mano de la Cámara de Comercio e Industria Italiana para España (CCIS), que vuelve a hablar de las Indicaciones Geográficas en una segunda fase enfocada en lo sostenible. La presentación en mesa redonda se celebró en la sede de la CCIS en Madrid y tras ella hubo una degustación de algunos de esos ingredientes y una cata guiada de aceite toscano.
Tras el parón global, nuestro continente vuelve a moverse, a mezclarse, y a dar a conocer lo mejor de sí. El proyecto de la Unión Europea para la información y valorización de los productos certificados de calidad, Enjoy European Quality Food (EEQF) (https://www.eeqf.eu/es/), retomaba el pasado 22 de junio -desde 2019- su actividad en España, concretamente en la sede de la Cámara de Comercio e Industria Italiana para España (CCIS) con una nueva mesa redonda sobre su cometido. En esta ocasión el tema central ha sido ‘Las indicaciones geográficas, expresión de la sostenibilidad social, económica y ambiental’. Y es que la producción de estos ingredientes enológicos y agroalimentarios con Denominación de Origen, Indicación Geográfica y Especialidad Tradicional Garantizada también evoluciona a favor de procesos más ecológicos y sostenibles, generando un mayor interés en los consumidores gracias a la cadena de suministro garantizada y la calidad certificada.
Libero Giovanni Stradiotti, presidente del Consorzio di Tutela Provolone Valpadana y líder del proyecto EEQF intervino junto a Juan José Burgos, presidente de Slow Food Madrid, en el coloquio moderado por el periodista y experto gastrónomo Alberto Luchini. Stradiotti apuntó a que en esta fase del proyecto, han estado indagando en las fuentes históricas para conocer más sobre el origen de los productos asociados y que en los últimos tiempos se está haciendo más hincapié en la calidad desde la perspectiva de la huella ambiental: “Protegemos a nuestro ganado de la contaminación y esto se nota en el sabor del Provolone, en el de la mantequilla y también en sus aromas”. Por ejemplo, en su DOP miran especialmente por el bienestar animal. Tienen producciones más pequeñas pero de más calidad y con ello los campesinos están satisfechos.
Juan José Burgos puso el foco en que el tema de la mesa redonda, la sostenibilidad, implica “que seamos capaces de atender nuestras necesidades actuales y que las generaciones siguientes también puedan hacerlo”. Centró su discurso en los tres pilares que llevan a ello: el aspecto económico, el medioambiental y el socioeconómico. Porque muchas más familias subsisten si basamos nuestro tejido en 30 granjas pequeñas que si lo hacemos solo en una grande; porque es importante mantener el equilibrio en esas explotaciones, tener un número de ganado proporcional al espacio del que disponemos; y como consumidores, apuntaba que tenemos que apoyar a este tipo de productores y poner en valor lo que hacen para tener más marcas de calidad.
Propuestas de Marco Bozzolini
Tras las interesantes intervenciones, el chef Marco Bozzolini, que colabora habitualmente con CCIS en proyectos de promoción de la gastronomía italiana en España, elaboró varias propuestas que los asistentes pudieron degustar: Mozzarella Etg con tomate corazón de buey, vinagre balsámico de Módena, albahaca fresca y aceite virgen extra Toscano IGP y Provolone Valpadana DOP a la plancha con pisto de tomate semiseco, orégano fresco y aceite virgen extra Toscano IGP. También hubo oportunidad de probar en cata guiada este oro líquido de la mano de Luigi Fanciulli y Alberto Leotti, presidente y vicepresidente, respectivamente, de la Associazione Produtottori Olivicoli Toscani (APOT), que contaron a los asistentes cómo sus AOVEs se basan en la sostenibilidad y autosuficiencia, ayudándose entre pequeños productores incluso por intercambio de abonos por pastos.
En este proyecto cofinanciado por la Unión Europea hay seis productos italianos asociados entre vino, aceite y quesos con producciones muy notables en 2021: Asti DOCG (102 millones de botellas, de las cuales se exportó el 71% a EEUU), Conegliano Valdobbiadene Prosecco Superiore DOCG, hecho según el método champenoise (104,7 millones de botellas), Vino Nobile di Montepulciano DOCG (6.8 millones de botellas), Provolone Valpadana DOP, cuya fama han extendido los argentinos (más de 7.4 millones de kg, de los cuales el 31% llegaron a España), el Olio Extravergine d’Oliva Toscano IGP (de los que se prevén 55.000 quintales) y la Mozzarella ETG (que produjo casi 270.500 kg el año pasado y 330.000 el anterior). Se trata de excelencias territoriales cuya calidad está avalada por certificaciones como DOP (Denominación de Origen Protegida), DOCG (Denominación de Origen Controlada y Garantizada, exclusiva en los vinos italianos y la más exigente), IGP (Indicación Geográfica Protegida) y ETG (Especialidad Tradicional Garantizada).
El primer mercado del mundo en Denominaciones de Origen
Se trata solo de una pequeña muestra de todo lo que puede ofrecer Italia, porque el país transalpino es el primer mercado del mundo en cuanto a número de Denominaciones de Origen otorgadas por la Unión Europea -con 1.065 diferentes incluyendo las bebidas espirituosas-, seguido por España con 363. En su marco se han elaborado más de 19 millones de productos y casi la mitad se han exportado. Es una suerte tener la oportunidad de disfrutar de ellos por todo el mundo. Es por eso que las bondades de su variada gastronomía de calidad seguirán dándose a conocer en varias iniciativas y eventos en Italia, España, Polonia y Alemania, los cuatro países implicados en el proyecto Enjoy European Quality Food (https://www.eeqf.eu/es/) con el fin de darles visibilidad y acercar a los consumidores, al comercio y a la opinión pública al mundo de la comida y el vino de calidad.